La emblemática Paloma del Museo MARCO de Monterrey luce un pañuelo violeta en solidaridad con las causas feministas.

'NO SE PUEDE PROTESTAR DESTRUYENDO EL PATRIMONIO'

Daniel Santiago

Tras las agresiones en diferentes museos a obras de arte por activistas ambientales, Taiyana Pimentel, directora del museo Museo de Arte Contemporáneo (MARCO), de Monterrey, respondió a Grupo REFORMA algunas preguntas acerca de cómo estos hechos a nivel internacional se han percibido y reflexionado en este recinto.

 Ante las agresiones registradas a obras de arte en los últimos meses, como la ocurrida a una pintura de Monet en el Museo Barberini, o “Los girasoles”, en Londres, ¿hay alguna reflexión que Marco pueda compartir sobre este tipo de ataques en museos?

Las agresiones a piezas de arte, realizadas como parte de una postura activista frente a los problemas que vive el medio ambiente y la humanidad no se corresponden con un acto de protesta. Creo que eso es lo primero que habría que subrayar: que la protesta no puede consistir en la destrucción del patrimonio de la humanidad porque el arte y todas sus creaciones artísticas son patrimonio de todos, por tanto, no se puede pretender proteger a la humanidad de sus vehemencias generando nuevas vehemencias.

Me gustaría centrarme aquí, más que en el gesto hacía la obra de Monet, en la agresión que tuvo un empresario mexicano en Miami que quemó Fantasmones siniestros, una conocida obra de la autora Frida Kahlo y que no ha tenido ninguna consecuencia legal en nuestro País.

Pienso que la destrucción que llevó a cabo el empresario Martín Mobarack, mexicoamericano residente en la ciudad de Miami, en Florida, Estados Unidos, debe ser el ejemplo que debe poner México ante todos estos gestos completamente fuera de lugar que están ocurriendo en estos días.

Las autoridades mexicanas deberían tomar acción legal en contra de este empresario, al menos prohibirle la entrada a nuestro País y, en caso de hacerlo, que sea condenado por la destrucción del patrimonio artístico, no sólo de la humanidad, sino también de México, pues toda la obra de Frida Kahlo fue declarada Monumento Artístico de la Nación desde 1984.

Podremos ser admiradores o no de la obra de Frida Kahlo, podremos ser admiradores o no de la obra de Van Gogh, pero ambos autores, así como los otros autores que han sufrido este tipo de ataques, forman parte de la inteligencia, de la memoria y de la historia que nos hereda el arte, y que por derecho nos pertenece.

Así es que las órdenes legales, tanto a nivel nacional como internacional, deberían estar tomando medidas severas contra estos gestos que no son de liberación, sino que son de oprobio. Y el Estado mexicano, insisto, podría ser un ejemplo a seguir en el mundo si toma serias y severas medidas en contra del empresario que desapareció una de las pocas obras que dejó Frida Kahlo en vida.

Tras estas situaciones, ¿cambia algo en la relación entre el museo y sus visitantes? ¿la seguridad? ¿el estar más alertas?

Los museos tenemos sistemas de vigilancia como los tienen las instituciones bancarias, como lo tienen todas las instituciones en el mundo que son sumamente estrictas, y lo que habría que revisar no es el sistema de vigilancia que tenemos, sino si los sistemas de vigilancia que ya existen en nuestras instituciones se está aplicando correctamente.

Ustedes, en especial, ¿reforzaron seguridad?

MARCO confía en los protocolos de seguridad que hasta este momento se han implementado. Como cualquier institución museística en el mundo, hemos sufrido accidentes. Sin embargo, hasta el momento, podemos decir que el sistema de seguridad de nuestra institución opera con un nivel muy alto de profesionalismo.

En marzo pasado tuvieron una inesperada intervención en sus paredes por parte de las marchas feministas en la Ciudad. ¿Cómo vivieron hacia adentro de la institución esta situación? ¿Hubo algo que aprendieran o que ganaran de esta experiencia?

Definitivamente aprendimos que el Museo tiene que ser más plural en su postura hacia el tema de género, las comunidades LGBT+, también sensible hacia la violencia contra la mujer, así como la equidad de género.

De hecho, usted puede ver hoy en el muro de MARCO que, con un gran orgullo, se exhiben por primera vez la obra de cuatro mujeres concebidas en tres exposiciones. Al mismo tiempo pienso que el muro de MARCO es hoy un ejemplo de lo que aprendimos de esas marchas.

También creo que fue trascendental el discutir y debatir con las féminas de nuestro equipo acerca de cuál era la mejor forma de enfrentar las expresiones de protesta y los grafitis plasmados sobre los muros exteriores de nuestra institución. La mayoría de nuestras colaboradoras decidió que la postura tenía que ser positiva y constructiva.

A partir de este momento, nuestra emblemática Paloma ha servido como símbolo, como fue el caso el día de la Marcha de la Diversidad en Monterrey cuando portó la bandera LGBT+. Estaremos planeando realizar actividades novedosas y disruptivas en el año próximo en el Día Internacional de la Mujer.

Aquellas pintas feministas permanecieron por un tiempo en sus paredes, lo cual fue aplaudido por un sector de la sociedad. Al ser retiradas, comunicaron que conservarían una memoria de las expresiones: “De tal suerte, planeamos exhibir -en el lobby del recinto- un registro del mural, a través de videos y fotografías que serán reproducidos en pantalla”, se publicó entonces. ¿Existen planes de otras actividades públicas y educativas que se darán a conocer más adelante?

Definitivamente nosotros estaremos organizando, como señalé anteriormente, un proyecto distinguido el Día de la Mujer el próximo 8 de marzo en las instalaciones de nuestro Museo. Este proyecto todavía no lo podemos dar a conocer, sin embargo, incluye esa memoria de las expresiones de protesta y el grafiti sobre los muros exteriores del Museo.

La protesta no puede consistir en la destrucción del patrimonio de la humanidad porque el arte y todas sus creaciones artísticas son patrimonio de todos, por tanto, no se puede pretender proteger a la humanidad de sus vehemencias generando nuevas vehemencias".