En la vida siempre suceden cosas imprevistas. Por ejemplo: el auto se descompone y resulta ser una reparación mayor. Algún percance de salud que afecte nuestra rutina. Una fuga de gas en casa que se tiene que reparar de inmediato. Se rompe una tubería. O bien, perdemos el empleo porque la empresa realiza un súbito recorte de personal.
¿De qué tamaño debe ser?
Depende de cada situación particular, sin embargo, prácticamente todos los expertos coinciden en que sea de entre tres y seis meses de gasto (no de ingreso, sino del dinero que se gasta en la casa, en promedio, cada mes).
Por ejemplo, si al mes entre comida, transporte y renta gastas $7,000, lo ideal es que tu fondo de emergencia sea de $21,000 a $42,000.
¿En dónde debes mantenerlo?
Al ser dinero para emergencias, debe tener liquidez inmediata, pero a su vez debe estar separado de la cuenta en la cual manejas tu dinero día a día, para que no puedas gastarlo. Idealmente debe generar rendimientos, pero con alta seguridad y sin sacrificar la liquidez.