Por Juan Carlos Rodríguez

Olvidan autoridades dar mantenimiento y procurar seguridad en las carreteras de la zona rural de Nuevo León; habitantes resienten abandono.

Las carreteras de la zona rural de Nuevo León viven en un doble abandono.

Así como el corredor que conduce a la frontera de Colombia es acechado por el crimen, vías que conectan a municipios del norte y sur del Estado padecen la inseguridad, además de precarias condiciones para circular.

Baches, grietas, hierba crecida y ausencia de elementos de seguridad caracterizan a los cerca de 400 kilómetros que comunican a Montemorelos, General Terán, Los Ramones, Los Herreras, Melchor Ocampo, Cerralvo, General Treviño, Agualeguas, Sabinas, Villaldama, Cadereyta y Doctor González, entre otros municipios.

Dependiendo de los tramos, estas vías están a cargo del Sistema de Caminos de Nuevo León, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y los propios Municipios.

“Esta carretera tiene años que nadie la pela”, expresó Ulises Reyes, un habitante de Agualeguas, sobre la vía que va a Sabinas Hidalgo.

“(La carretera) la usamos para llevar y traer productos a Sabinas. Algunos van a estudiar… y es muy peligroso porque no hay nadie. Si se te poncha una llanta o chocas, olvídate.

“Dicen y dicen que ya le van a meter, (pero) sólo ponen parches, llueve o las revienta el sol, y otra vez ahí están los pozos. Los muebles (carros) no aguantan los fregadazos”.

Un ejemplo del abandono está en el kilómetro 53 de la Carretera a Miguel Alemán, en el entronque a Doctor González, donde hay un retorno que parece trampa.

Al no haber ahí señalamientos ahí, los conductores pueden ingresar a un terreno baldío con desechos que, incluso, tiene un tubo para impedir el paso.

“Si alguien que no conoce por ahí entra a velocidad se mata”, denunció un hombre.

Los habitantes de esos municipios también resienten la falta de vigilancia y la mayor presencia de la delincuencia en las vías, como las que comunican a Los Ramones con General Terán, Agualeguas con Sabinas, y Cadereyta con Doctor González.

“Ahí andan las gentes (del crimen)… No deja de dar miedo”, dijo un habitante de Doctor González.

En Sabinas, otra persona dijo que prefiere no circular de noche.

“De día da miedo… pero de noche da terror”, explicó.

Esa percepción se repitió en Los Ramones.

“Es horrible”, describió un conductor, “las troconas pasan y pasan y pasan, y nos ves a ningún pin… policía nunca”.