El complejo del Templo de San Francisco, construido en el siglo 18, es uno de los pocos de esa época que se mantienen en pie en la Ciudad. Aunque era un recinto religioso que se extendía desde la Calzada Independencia hasta casi las inmediaciones de Palacio de Gobierno, perdió su fisionomía original a mediados del siglo 20 para la ampliación de las avenidas centrales de la urbe. En esta imagen se ve este complejo religioso a principios del siglo 20.

El Templo del Refugio es uno de los sobrevivientes en la historia tapatía. Esta iglesia, construida a finales del siglo 19, era un conjunto conventual que servía de acogida para los desamparados, perdió la mayoría de su edificación a finales de los 80, con la ampliación de la calle Moro, hoy conocida como Federalismo. En esa acción de ampliación, la zona de la Capilla de Jesús perdió 200 fincas. 

Otra de las joyas arquitectónicas que fueron cercenadas en aras de la modernidad, es el Ex Convento del Carmen. Este complejo que fue el Convento de la Orden de los Carmelitas, construido entre 1687 y 1690, fue partido en dos en la década de los 60 para dar paso a la ampliación de la hoy conocida avenida Juárez. Anteriormente esta construcción abarcaba desde la ahora conocida Calle 8 de Julio hasta Avenida Enrique Díaz de León. 

La zona de San Juan de Dios es otra que también ha modificado notablemente su imagen. Donde ahora está el Jardín López Portillo había un área verde en la que jugaban los pequeños del Hospicio Cabañas, que desde la década de los 80 se convirtió en un centro cultural y que en 1997, por el valor de su arquitectura, fue declarado Patrimonio de la Humanidad.

Mexicaltzingo es uno de los barrios fundacionales de la Ciudad. Desde que se asentó  en el siglo 16, en esta zona habitaban pueblos originarios. Había distintos servicios, entre ellos un tianguis, que luego se convirtió en un mercado, que a lo largo de su historia se ha incendiado, derrumbado, rehabilitado y vuelto a construir. En esta imagen se ve el típico Mercado de Mexicaltzingo en la década de 1950. 

El corazón tapatío también se ha modificado en los últimos años. Con la llegada de la Línea 3 del Tren Ligero, el eje central de Avenida Alcalde-16 de Septiembre, por donde pasaban decenas de rutas de camión, se convirtió en peatonal y ahora el conocido Paseo Fray Antonio Alcalde es una vía de tránsito lento y para los paseantes. En la imagen se ve un desfile del Día del Trabajo en la década de los 60. 

Información: Rebeca Pérez Vega
Fotos: Archivo fotográfico Ayuntamiento de Guadalajara.

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