LA EDUCACIÓN: MOTOR SOCIAL

En un Estado como Nuevo León donde se valora la cultura del esfuerzo, las estadísticas muestran que, para los estudiantes que provienen de familias con condiciones económicas más desfavorables, esto no basta.

“Las personas que vienen de situaciones más desventajosas idealmente deberían recibir la mejor o las mejores oportunidades para compensar esas desigualdades de origen. Y esto no ocurre”, señala Solís, quien participó como investigador en el diseño de la encuesta y también en el análisis de los datos.

Datos del estudio realizado por CEEY y el Consejo Nuevo León muestran otro aspecto de la educación asociado a la desigualdad: no sólo hay un limitado acceso a la educación superior, sino que también existe desigualdad en la calidad entre las distintas opciones educativas.

Por ejemplo, más del 75 por ciento de la demanda fue captada por la UANL. Sin embargo, cuando se revisan esos números sólo 17 de cada 100 personas que provienen de los hogares con mayor desventaja ingresaron a ella.

Este embudo educativo ya se siente desde antes: un 60 por ciento de las personas que cursan prepa, lo hacen en instituciones no asociadas a la universidad.

“Se asume que la educación o el logro educativo es resultado del talento y el esfuerzo. Pero justamente lo que mostramos es que cuando no se cumple la equidad de oportunidades educativas, la educación no es un vehículo de movilidad social, sino una correa de transmisión de desigualdades”, señala Solís.

EDUCACIÓN PARA LA MOVILIDAD SOCIAL

Alfa Fundación surgió en abril del 2013, y desde el inicio de sus operaciones buscó utilizar la educación para la movilidad social y ayudar a abatir problemas de acceso a los niveles medio superior y superior.

“La educación es el camino a la movilidad social”, afirma Julia Moreira, directora de Alfa Fundación.

“Lo que veíamos en los indicadores es que poco a poco el talento se iba perdiendo”, agrega.

Cuando buscaron datos para echar a andar esta iniciativa, Moreira recuerda que se encontraron indicadores preocupantes: menos de la mitad de los niños que se graduaban de secundaria ingresaban a prepa, por lo que decidieron apostar por trabajar con estos niveles.

Iniciaron con 95 jóvenes en un plantel ubicado en la colonia Ferrocarrilera, al norte de Monterrey. Ahora además han sumado dos planteles en San Nicolás y Escobedo.

En total atiende a unos 900 alumnos en los centros extraacadémicos y a 500 en preparatoria.

La cantidad de estudiantes que atiende Alfa Fundación es, sin embargo, una minúscula fracción de la matrícula en el estado: 900 estudiantes contra los más de 181 mil matriculados en el nivel medio superior en el Estado.

La distancia entre estos números muestra el tamaño del desafío que tienen el Gobierno del Estado y las autoridades educativas para abrir opciones públicas de calidad educativa, acompañamiento y apoyo económico para que las personas con menos recursos desarrollen su talento.

Este es el caso de Érika Treviño, egresada de Alfa Fundación y de la Universidad de Pennsylvania, quien ahora trabaja como investigadora asociada en Bluprint Labs, un centro de estudios en políticas sobre educación, trabajo y salud del Massachusetts Institute of Technology, dirigido por Joshua Angrist, Nobel de Economía en el 2021.

“Me gusta mucho el modelo educativo de Alfa, también veo hasta dónde han llegado mis compañeros”, comenta Treviño, quien ahora se dedica a investigar el impacto de las políticas educativas de acceso a educación secundaria en ciudades como Nueva York.

ATADOS

La Encuesta ESRU de Movilidad Social en Nuevo León 2021 arroja los siguientes datos:

  • 1 de cada 4 habitantes de áreas rurales tiene primaria.
  • 2 de cada 100 personas de esta misma zona tienen estudios superiores.
  • 5 de cada 100 habitantes que nacen en familias con más bajos recursos llegan a acceder a estudios superiores.

Colaboración especial por la Encuesta ESRU de Movilidad Social en NL 2021, presentada por el Consejo NL y el Centro de Estudios Espinosa Yglesias.