El 15 de junio, al menos 27 venezolanos se cosieron la boca en forma de protesta, dado que las líneas de autobuses no les regresaron el dinero que habían pagado para viajar a Ciudad Acuña.
Autoridades de Coahuila frenaron el paso a los viajeros y los enviaron de vuelta a Nuevo León, donde se quedaron varados en la Central de Autobuses, a pesar de tener un permiso de 30 días que les permite viajar y llegar hacia la frontera.