Incluso antes de los talibanes, muchos en la sociedad afgana profundamente conservadora se oponían a los deportes de mujeres, que veían como una violación de la modestia de las mujeres y de su rol en sociedad. Aún así, el Gobierno anterior, respaldado internacionalmente, tenía programas que fomentaban los deportes femeninos y clubes escolares, ligas y equipos nacionales para mujeres en muchos deportes.