Julio César Domínguez no recibió ninguna sanción de la Liga MX tras haber realizado una fiesta con temática de crimen organizado. Por eso aquí recordamos otros casos de futbolistas que no fueron fuertemente sancionados pese a la gravedad de sus actos.

En 2011, los jugadores del Guadalajara, Marco Fabián y Alberto “Venado” Medina celebraron un gol de una manera que molestó en la sociedad mexicana.

Fabián de la Mora simuló que le disparaba en la cabeza al “Venado” en un festejo que denominaron al estilo sicario. Sólo que la Liga MX no sancionó a los jugadores y todo quedó en una disculpa pública del club y los futbolistas.

El delantero Joao Maleck causó la muerte de una pareja de recién casados en 2019 tras chocarlos en estado de ebriedad. El futbolista pasó año y medio en prisión pero salió de la cárcel a finales de 2020. 
Pese a lo ocurrido, Maleck no tuvo ningún problema para regresar al balompié y ahora es parte del Tepatitlán FC del Ascenso MX
La Liga MX no impidió que volviera a las canchas. 

En 2019, el portero argentino Gaspar Servio se burló en redes sociales de la violencia que se vivía en Culiacán. La Liga MX no tomó ninguna medida y fue Dorados el que rescindió contrato de su futbolista.

Durante el Guardianes 2020, el futbolista Dieter Villalpando fue acusado por un delito sexual que llevó a Chivas a separarlo del equipo pues rompió el reglamento interno del club tapatío.
Desde entonces el caso sigue abierto y, pese a la acusación, Villalpando ha podido jugar en la Liga MX, pues ahora mismo es parte del Atlético de San Luis.

En marzo de 2020, Renato Ibarra, entonces jugador del América, fue detenido por haber agredido a su esposa Lucely Chalá. 
Tras lograr un acuerdo con su mujer, Ibarra pudo volver al balompié pese a que las Águilas lo cortaron. 
La Liga MX no impidió su retorno pese a la presión social por permitir que un jugador que había cometido violencia de género fuera parte del torneo mexicano.

En plena pandemia, Alan Mozo, entonces en Pumas, y Pablo Cepellini, quien militaba en Cruz Azul, organizaron una fiesta por lo que sus clubes los castigaron pero la Liga MX apenas los sancionó con una multa. 

En las Semifinales del Clausura 2011, Jesús Corona le metió un cabezazo en la cara al entonces preparador físico de Monarcas Morelia, Sergio Martín, por lo cual fue suspendido 6 partidos. La agresión fue grabada por las cámaras y fue un acto que dejó perplejo al balompié mexicano pero sólo dejó fuera a Corona esos duelos, además de aplicarle una multa.