El caso de Ryan Shazier es, quizás, el más impactante de todos.
En un duelo de la Semana 13 de la temporada 2017, el linebacker de Pittsburgh buscó taclear a Josh Malone, de Cincinnati, pero chocó de frente, cayó mal y de inmediato se llevó el brazo a la espalda. Sin movilidad en las piernas, Shazier fue llevado a un hospital.
Shazier fue operado para reparar su espina dorsal y, aunque esbozó un regreso a los emparrillados, en 2020 finalmente anunció su retiro de la NFL sin haber disputado otro partido.
En 2018 pudo caminar para anunciar un pick en el Draft de ese año y su caso siguió de ejemplo para mejorar los protocolos de atención médica durante los partidos de NFL.