Rubén Bonifaz Nuño nació en Córdoba, Veracruz, el 12 de noviembre de 1923. Imagen tomada de "Cuando hablaba era contigo", editado por Alas y Raíces.

VIDA DE UN POETA

Considerado un “mago formal”, y de una inventiva métrica extraordinaria, Bonifaz Nuño (1923-2013) forjó su historia en las letras mexicanas contemporáneas como uno de sus más grandes poetas.

El poeta fotografiado en Ciudad Universitaria. Imagen tomada de "Cuando hablababa era contigo", publicado por Alas y Raíces.

"Don Rubén le aportó a la poesía mexicana una dosis necesaria de intimidad con el dolor y el desamparo de la especie, muy a menudo a partir de la crónica descarnada de los sinsabores personales".

La belleza de la naturaleza y del amor fueron otra constante en los versos del poeta originario de Córdoba, Veracruz, también gran estudioso de las lenguas clásicas occidentales -griego y latín- y traductor de clásicos como Catulo, Lucrecio, Ovidio y Virgilio para la colección Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana.

"Dueños de un habla y una sintaxis que recuerdan tanto a los clásicos grecolatinos que tradujo como a César Vallejo y José Alfredo Jiménez, los poemas de Bonifaz Nuño son serenatas de un mariachi culterano; conjuros vernáculos y, a la vez, boleros alquímicos; las estridentes piedras del campo de Cuco Sánchez y los montes parturientos de Esopo".

HUELLA PROFESIONAL

Rubén Bonifaz Nuño se graduó como licenciado en derecho y maestro y doctor en letras clásicas por la UNAM, su segunda casa.

  • En la Universidad trabajó en la Dirección de Publicaciones y en la Coordinación de Humanidades.
  • También participó en el Consejo Universitario y como miembro de la Junta de Gobierno, además de fundar y dirigir en 1973 el Instituto de Investigaciones Filológicas.
  • Fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y El Colegio Nacional.
  • Autor emérito del Sistema Nacional de Investigadores y del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
El poeta frente a la Torre de Rectoría, en Ciudad Universitaria, en una imagen fechada en 1960. Tomada de "Cuando hablaba era contigo", publicado en 2018 por Alas y Raíces.

Entre sus galardones destacan:

  • Premio Nacional de Ciencias y Artes (1974)
  • Premio Universidad Nacional (1990)
  • Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde (2000)

LOS IMPERDIBLES

Los demonios y los días (FCE, 1956)

Largo poema donde confluyen el rigor clásico y las palabras de libertad, así como el oscuro universo náhuatl y la tradición grecolatina. Bonifaz Nuño llegó a considerarlo su libro más importante. Sus versos, diría el crítico literario Christopher Domínguez Michael, fueron imitados y recitados casi compulsivamente por los lectores de poesía, a quienes el autor “inició en los rigores métricos lo mismo que en un sentimentalismo a la vez azotado y docto”.

“Por si no lo he dicho lo digo ahora. / Tengo una certeza: la de la muerte / que llega vaciándonos con furia; / y tengo un recuerdo: el de la escondida / muerte; y una indócil esperanza: / la de revivir en la carne”.

El manto y la corona (UNAM, 1958)

Por muchos calificado como el más intenso, el más hondo, el más lleno de emoción y el más perfecto en su forma de los títulos de Bonifaz Nuño. Un libro donde la experiencia de amar está profusamente matizada en un tener y no tener; descenso a los infiernos de la sensualidad y el desamor.

Fuego de pobres (FCE, 1961)

Una reunión de poemas que revelan hechos sociales; poética de las sensaciones más obvias y, quizá por eso, más inadvertidas. Un juego barroco, como lo definiera Octavio Paz, donde lo cotidiano se vuelve imperecedero y las palabras encuentran una constante renovación.

Tiempo y eternidad en Virgilio (UNAM, 1976)

Bonifaz Nuño, quien desde los 11 años ya recitaba la Eneida, tradujo la poesía completa de Virgilio, Catulo y Propercio, acaso la más importante obra de traducción hecha por un poeta de nuestra lengua en el siglo 20. En prosa, escribió dos estudios sobre Virgilio y Catulo.

La imagen de Tláloc (UNAM, 1986)

El poeta veracruzano fue también un estudioso del náhuatl y de los símbolos prehispánicos para entender el pasado antiguo de México. En este libro explica, por ejemplo, el origen de la Coatlicue y la cosmogonía mexica, mostrando la complejidad conceptual de nuestros ancestros precolombinos y su belleza.

Albur de amor (FCE, 1987)

Pasados los años, apuntarían los críticos, Bonifaz Nuño abandonó la tramoya barroca a favor de la claridad y la musicalidad. Este libro, así como El templo de su cuerpo (1992), resulta entonces una “hermosa cantata sobre la rabia sorda de los amores perdidos”. Resalta, particularmente, la forma en cómo el poeta registra la decadencia del cuerpo masculino, testigo y sujeto de la extinción de la virilidad, devoto de la mujer que se despide dando guerra

“En tu lección de despedidas, / aprendo cuanto soy. Decrépito, / cabizbajo y sin llorar, me miro / en los agujeros del zapato. / De agujeros en mi espejo ahora”.

…Y PARA LOS NIÑOS

Cuentos de los abuelos (Ediciones del sur, 2005)

Curioso e interesante volumen que explora los usos, costumbres y creencias de los antiguos mexicanos, recopilados en diferentes obras literarias del siglo 16. Relatos como el del nacimiento del Sol y de la Luna, en donde subyacen lecciones y valores que se transmitían a los niños y niñas de entonces.

Cuando hablaba era contigo (Alas y Raíces, 2018)

Los colores y pinceles de niñas y niños de Veracruz y de la CDMX dan vida a 67 fragmentos de Bonifaz Nuño, como aquel de donde toma su título el libro:

“Estoy hablando solo cuando escribo. / A como soy, ajusto y mido y borro. / Pero a la hora que me leas / sabrás que cuando hablaba era contigo. / Y que no era yo solo”.