Por eso, especialistas coinciden: encuentra ese deporte o actividad que realmente vaya contigo. No lo elijas sólo porque está de moda o porque otros lo hacen.
Cuando practicas algo que conecta con tu persona, coinciden, se da una mejoría en otras áreas de tu vida.
“Te estás enriqueciendo espiritual o emocionalmente a través del deporte, de bailar, pero si te fijas lo que estás haciendo es conectarte contigo, con lo que te gusta, con eso que no habías escuchado de ti misma”, dice Mendiola.
“Y entonces es cuando tú ya puedes tener un poco más de claridad mental para decir: ‘Esto ya me sacó del mal sentimiento que traía o de los comportamientos tóxicos’.
“Incluso cuando empiezas a practicar un deporte te alejas del cigarro, del alcohol”.
Para dar ese primer paso, Mendiola puntualiza que debes preguntarte qué necesitas.
“En realidad la finalidad es escucharte”, indica la psicoterapeuta, “¿Qué me hace falta? ¿El contacto con el absoluto? Es decir, ¿creer en algo?, ¿acercarme a la iglesia?, ¿volverme budista?, ¿hacer yoga?, “Todos queremos escucharnos y conectarnos con la divinidad o el ser superior o con la conciencia colectiva o como quiera que le llames”.