Una vez encendida en Olimpia, la llama llegó a Atenas, donde se entregó a los representantes del Comité Organizador de los Juegos de Beijing el 30 de marzo de 2008 en el estadio Panatenaico. El 31 de marzo, la llama aterrizó en Beijing. Desde allí, continuó su viaje alrededor del mundo, que la llevó a recorrer 19 ciudades de los cinco continentes antes de llegar a Hong Kong, luego a Macao y, finalmente, a la China continental.