Desde un principio estaba claro, al menos para mí, que no se trataba de un nombre. Pudo ser Ferretti, Herrera, Almada, Bielsa o, en este caso, el propio Cocca.

Se trataba y se sigue tratando de generar una estructura y las condiciones apropiadas para que la Selección Mexicana pueda acceder al paso de calidad que tanto anhelan sus aficionados.

Es Diego Cocca y, aunque no aparecía como uno de los “favoritos” o no comulguemos con su estilo futbolístico, es un buen entrenador, serio, trabajador, ganador y capaz de encabezar un proyecto, insisto, si ese proyecto en realidad existe y si los dueños de clubes tienen la voluntad de cambiar ciertos puntos en la administración del juego.

No me parece justo estigmatizar a Cocca por el simple hecho de que sea o haya sido un entrenador impulsado por Alejandro Irarragorri.

El presidente de “Orlegi Sports” ha hecho cosas muy buenas, buenas, regulares, malas y muy malas en el futbol, pero lo de Cocca, ha sido, indudablemente, un acierto. Y nadie le ha regalado nada al estratega argentino. En la cancha, un zaguero de buenas condiciones, surgido de River Plate que jugó más de 80 partidos en el Atlas y que también fue futbolista, en México, del Veracruz y del Querétaro. Uno de sus grandes logros, ya como entrenador, antes del bicampeonato del Atlas, radicó en haber llevado al Racing a la conquista de la Liga de Argentina. Es un tipo de una personalidad seria, tranquila y educada. No se le recuerdan grandes escándalos en la banca.

El abrupto rompimiento con Tigres ha causado cierto impacto.  A mi modo de verlo, es que si Tigres quería compromiso y un entrenador de tiempo completo debió haber evitado la cláusula de salida en el contrato de Diego Cocca. La realidad es que Mauricio Culebro, su presidente, —ni yo tampoco, a decir verdad— le consideró un candidato serio a dirigir a la Selección Mexicana. No veo una relación “romántica” entre Tigres y Diego Cocca. Lleva 3 meses en el club, jamás jugó ahí y el torneo está en la Fecha 5. No exageremos. Tigres tiene el dinero para buscar otro entrenador importante.

Seguramente existirá, como con cualquier entrenador, cierta polémica. ¿Qué no es mexicano? Eso es irrelevante. Es un personaje que conoce a la perfección al futbol y al futbolista mexicano. ¿Qué su estilo no es espectacular? Puede ser, es evidente que es un entrenador que prioriza el orden defensivo, pero con esa forma ha conseguido montar equipos muy solventes. ¿Qué sus cuadros siempre tienen jugadores extranjeros como figuras? También es verdad, pero eso ocurre con la mayor parte de los entrenadores de nuestra liga, a menos de que el elegido proceda de las Chivas. A Cocca le podemos encontrar muchos defectos y, sin embargo, a mí me parece que no hay una gran diferencia con sus antagonistas en la recta final de la elección. Es tan bueno o malo como Miguel Herrera o como Guillermo Almada. Tiene un estilo particular, sí, y quizá eso es lo que buscaron quienes lo eligieron y quienes los ratificaron.

Creo que Jaime Ordiales ha hecho un buen trabajo desde el mismísimo día en que fue nombrado director de las Selecciones Nacionales. Primero, entendió que debía mantener distancia y respeto por Gerardo Martino. No era el momento de meterse en un proceso que ya estaba avanzado y a punto de fracasar. Y luego, ha trabajado incansablemente desde la eliminación del Mundial para tratarle de dar a Yon de Luisa la información adecuada y generar un proyecto sólido de Selecciones Nacionales. Hay muchas cosas que no están, obviamente, en sus manos, pero su parte, como gente de futbol, la ha hecho bien y fue él, no Irarragorri, quien finalmente decidió que Cocca era el indicado. Esperemos que no se haya equivocado.

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