MOSQUITAS MUERTAS
Primero fue Raúl Velasco, después Paty Chapoy y más tarde Maxine Woodside. Los tres llegaron a sentir que nada ni nadie los iba a tocar, que su imagen de niños buenos y nobles jamás sería manchada porque manejaban el arte de la hipocresía con singular capacidad.
Con lo que no contaban las dos últimas es que sus “indefensos” enemigos encontrarían al mayor de los aliados gracias a la llegada de las redes sociales. Ya lo demostró la semana pasada Ana María Alvarado, y ahora le tocó a la maravillosa cantante Yuridia poner en su lugar a la cínica titular de “Ventaneando”, quien se atrevió a decir que la cantante surgida de La Academia los tenía vetados porque cuando participo en ese concurso la tildaron de gorda.
La sonorense no se quedó callada y a través de TikTok dejó en claro la verdadera razón de su postura: “No es por berrinche ni porque me ofendieron sino porque casi me matan. Se toman las cosas a la ligera y olvidan que algunas personas son influenciables y nos maltratan y ofenden”.
Yuridia tuvo que aguantar tantas agresiones a ella y a su familia que llegó a pensar que lo mejor era morir, hasta que su hijo Phoenix llegó a salvarle la vida…
Obviamente cuando la esposa de Álvaro Dávila escuche las palabras de la ex académica pondrá su cara de Madre Teresa de Calcuta cruzada con Lady “Yo No Fui” para hacerse la víctima, porque a la Chapoy, cuando la confrontas, huye…
Mejor que les den un programa juntas a las dos y lo llamen: “La Ronda de las Arpías” con una disculpa incluida para las actrices que hicieron esa obra de teatro.
¿O TE ACLIMATAS O MAÑANERA?
Y ya entrada en gastos, iré a dialogar con Steven Spielberg para que haga una película de la telenovela “Gutierritos”. Por el protagonista, ¡ni se preocupen porque ya lo tengo! Es cuestión de hacer la negociación con Ben Affleck, o mejor aún, con Jennifer López porque en los Grammys dejó en claro quién lleva los pantalones en esa relación… ¿Vieron las imágenes de cuando están en la mesa? Ben tenía cara de bebé regañado a punto de hacer pucheros, como si su mujer le hubiera dicho algo así como: “Y ni creas que llegando a casa me vas a tocar, porque te voy a castigar con un mes de abstinencia total”. O quizá le comentó: “Mi amor, si sigues con esa cara de aburrido, te voy a poner las Mañaneras todos los días hasta el fin del sexenio”.
¡Nombre!, nomás escuchó eso y se paró en chinga a bailar… ¡No falla!, si su hijo no quiere hacer tarea, amenácelo con lo mismo y aprenderá hasta a hablar alemán…