Con su Lámpara Origen el diseñador tapatío Agustín Elizalde de la firma Pomelo, juega con las ideas sobre la creación y domesticación del fuego. “Alguna vez”, dice en su descripción del proyecto, “en su estado más libre, minúsculos filamentos fluyeron entre las piedras, serpenteando caprichosamente hasta entreverarse en complejos tejidos que, por siglos, reposaron cobijados de tierra colorada”.
Se trata da una lámpara de mesa que contrasta la ligereza de la pieza con la pesadez del metal y juega con la materialidad: los brillos, los reflejos, las texturas, las luces y las sombras.