Las pinturas de Maga One son fáciles de ver a la distancia: son coloridas, de gran formato y muchas veces, tienen como centro una mujer.
Hace seis años empezó a pegar en la calle sus creaciones, porque le gustaba sacar del bastidor una pintura y hacerla pública y gratuita para los demás.
“Yo lo que veo es que es publicidad para que se note el trabajo que están haciendo”, cuenta.
“No me lo tomo en serio como algo artístico, sino como una experimentación, como hacerse presente en su comunidad”.
Sus ‘propas’ son en gran formato para que se puedan ver desde lejos, incluso desde un auto.
Le gusta representar a las mujeres con un papel importante, lejos de los estereotipos de género. Pero lo que más disfruta es explorar la armonía de los colores primarios.
Algo que le parece interesante es la percepción de que la gente puede tener con respecto a lo que se pega en la calle, según los diseños que se muestren: si lo ven como algo artístico, lo permiten. Si no, quizás no.
A Maga One pegar sus pinturas en la calle la ha llevado a presentarse en galerías, algo que considera complicado.
“Siento que el mundo del arte es muy cerrado”, dice.
“A la gente que está pegando constantemente le ayuda a que sea público su trabajo y pueda ser visto por muchas personas, no sólo por un círculo determinado”.