Desde sus 7 años, Salah se maravillaba con las actuaciones de las figuras futbolísticas en la Champions League, por lo que su más grande sueño siempre fue ganar el trofeo del torneo de clubes más importante del mundo.
Se quedó muy cerca de levantar la Orejona durante su primera temporada con el Liverpool, pero terminó cayendo en la Final contra el Real Madrid, partido en el que salió lesionado desde la primera mitad.
Sin embargo, tendría su revancha un año después, llegando nuevamente a la disputa por el título aunque ahora enfrentando al Tottenham.
Mohamed se encargaría de mandar al fondo de las redes un penal durante los primeros minutos para encaminar el campeonato de los Reds y así cumplir su sueño de la infancia.