En el Invierno 98, Pumas llegó como el octavo invitado, se coló de última hora y con un juego de garra y corazón echó a Cruz Azul que era el gran favorito para llevarse el título.
En el partido de ida, los universitarios se impusieron 3-2 con goles de Horacio Sánchez y un doblete de Mario Álvarez, mientras que por la Máquina descontaron Poncho Sosa y Francisco Palencia.
Para la vuelta, a los celestes les bastaba con empatar el marcador global para avanzar. Palencia anotó al 48′, y cuando el equipo de Luis Fernando Tena celebraba, apareció un novato llamado Jaime Lozano, que con apenas un minutos en el encuentro, hizo el 1-1 al 86, dejando fuera al súper líder.