El boxeador Muhammed Ali, conocido como “El Más Grande”, ganador de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960 y cuatro veces campeón del título mundial de peso pesado, a su retiro, a los 39 años de edad, presentó los primeros indicios del mal del Parkinson.
Aunque nadie podría asegurar que los golpes recibidos en el boxeo detonaron la enfermedad, el neurólogo francés Jean-Francois Chermann, en su libro “Nocaut, el expediente que trastorna”, calculó que a Muhammed Ali le dieron cerca de 29 mil impactos e la cabeza, a lo largo de su carrera y que incluso en los entrenamientos se quitaba las protecciones y pedía a su sparring que le golpeara en la testa para demostrar que él era el más fuerte.
Falleció a los 74 años de edad, por un choque séptico provocado por causas naturales, pero durante más de 30 años lidió con la enfermedad.