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El territorio en donde antes se asentó la Nueva Galicia ha mantenido distancia del centro desde tiempos de la Conquista y así mantuvo su espíritu de libertad a lo largo de la historia, hasta que se hizo definitivo cuando la Diputación Provincial de Guadalajara, bajo el comando de Luis Quintanar, se autoproclamó como un Estado soberano federado, con el título de “Estado Libre de Xalisco”, el 16 de junio de 1823. Jalisco fue la primera entidad en hacer un pronunciamiento de este tipo en todo el País con tintes federalistas y con fuerte esencia independentista, concuerdan historiadores.

Pero la disidencia se remonta siglos atrás con la llegada de Nuño Beltrán de Guzmán al occidente, a principios de 1530. El expedicionario mantenía una relación tirante y de fuerte rivalidad con el conquistador Hernán Cortés. Incluso, una de las misiones de Nuño era que la Nueva Galicia fuera un reino independiente de la Nueva España.

Aunque se logró parcialmente, el germen de autonomía creció y se desarrolló en los siguientes años porque al igual que en la Ciudad de México, aquí se fundaron instituciones fundamentales como la Real Audiencia (1546), el Obispado de Compostela, que poco después se movió a Guadalajara (1548), la Real Universidad de Guadalajara (1792), se instituyó la imprenta (1792) y se creó el Real Consulado de Comercio (1795), que en conjunto aseguraban condiciones para que este territorio mantuviera cierta soberanía y rivalidad con las autoridades del centro, describe el historiador de El Colegio de Jalisco, Jaime Olveda.

Tras la consumación de la Independencia, en 1821, la organización política y administrativa de México quedó en manos de Agustín de Iturbide, quien encabezó el Primer Imperio mexicano durante apenas 10 meses: de mayo de 1822 a marzo de 1823, con un gobierno centralizado. En la nación en ciernes había incertidumbre, un sentimiento de inquietud sobre el futuro. 

Pero las ideas federalistas que siguieron al Imperio se originaron en Guadalajara, gracias a una generación de intelectuales y políticos formados en la Universidad de Guadalajara, entre ellos Prisciliano Sánchez (imagen), Luis Quintanar, Valentín Gómez Farías, José de Jesús Huerta, Francisco Severo Maldonado y José Justo Corro, añade el historiador y académico de la Universidad de Guadalajara, Francisco Javier Velázquez Fernández.

Desde los primeros meses de 1823, el jefe de la Provincia, Luis Quintanar, junto con la Diputación Provincial, empezó a maniobrar para afinar un pronunciamiento federalista, aunque el decreto que autopromulgó a Jalisco como Estado libre y soberano fue aprobado por la diputación hasta el 16 de junio de 1823, con lo que Jalisco se convirtió en el primer Estado del País en llevar a cabo su proclamación de independencia.

“Vuestra suerte está decidida; llegó ya el tiempo de que os gobernéis por vosotros mismos en todo lo interior del Estado, para evitar los males que os han acarreado los anteriores gobiernos; y con este objeto la Diputación Provincial, conforme en todo con vuestra voluntad os presenta el plan de gobierno que debe regir en el Estado, mientras que vosotros mismos formáis su constitución particular”, reza el dictamen aprobado en 1823.

Información: Rebeca Pérez Vega.
Fotos: Cortesía.
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