1. Beneficia la piel, cabello y uñas

El color blanco del ajo, cebolla, setas y otras hortalizas está asociado con la presencia de azufre, y su consumo beneficia las articulaciones, piel, uñas y cabello; pero además disminuye los calambres musculares.

2. Ayuda a la salud pulmonar

La quercetina es otro compuesto del ajo, y también de la cebolla, que nos protege de tumores y es beneficioso para la salud pulmonar. Además de quercetina, las frutas y vegetales blancos son una excelente fuente de salud ya que son ricos en fibras, sales minerales y vitaminas, en especial la vitamina C.

3. Es rico en antioxidantes

Es el tercer ingrediente (luego de las ciruelas pasas y las pasas) con mayor número de antioxidantes, según la lista de los 20 alimentos más ricos en antioxidantes de la Universidad de Tufts (Boston, EU). 

4. Favorece la salud cerebral

Contiene ácido glutámico, que favorece la salud cerebral y el sistema nervioso central. Ayuda a equilibrar los estados de ánimo y la falta de memoria. Disminuye  también el riesgo de Alzheimer y demencia. 

5. Reduce la presión arterial

Ayuda a reducir la presión arterial, gracias a que estimula la producción de ácido sulfhídrico, el cual relaja los vasos sanguíneos y mejora el flujo de la sangre en el organismo. 

6. Activa el metabolismo

Tiene ácido aspártico que activa el metabolismo y participa en su renovación celular. También ayuda en la absorción de minerales, como el calcio, potasio, magnesio y zinc. 

¿Cómo consumirlo?

Para poder beneficiarnos de las propiedades antioxidantes de la alina, presente de manera natural en el ajo, es necesario trocear, triturar o masticar bien los ajos; así se transforma naturalmente en alicina. 

La alicina es un compuesto antivírico que también reduce la presión arterial y ayuda a combatir el colesterol malo. 

Edición: Viridiana Muñoz
Información: Fideicomiso de Riesgo Compartido de la SADER y “Raw Food Anti-Aging” de Consol Rodríguez. 

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