La Federación Brasileña fue otra de las que levantó la mano para presentar su carta de intención, buscando llevar por primera vez a América del Sur un Mundial de Mujeres.
Brasil organizó la Copa del Mundo varonil de 2014.
Aunque ya había sido sede de la justa de 1950, para la competencia de hace 9 años invirtió poco más de 11 mil millones de dólares para modernizar toda su infraestructura, situación que le generó profunda molestia entre la población de ese país, que lamentó que se endeudaran de esa manera, descuidado otras necesidades como salud y educación.
Fue el Mundial más caro en la historia moderna y previo a la justa hubo huelgas y manifestaciones, incluso los trabajo para adecuar las sedes se terminaron a destiempo.
Dos años después, Río de Janeiro fue sede de los Juegos Olímpicos, y aunque el evento fue un éxito, la población se quejó nuevamente del endeudamiento público.
Brasil recibiría sin problemas a los 32 participantes, pues cuenta con un aeropuerto internacional, que puede conectar con cualquiera de las Ciudades que alberguen la competencia.
Por estadios y transporte también puede competir con los mejores, y uno de los temas que los pone en desventaja es la seguridad, pues se considera que es uno de los países más peligrosos de Sudamérica.