Roban y no los molestan

La turba de ladrones de metal que atraca trenes de Ferromex en la Colonia Hidalgo, en Monterrey, opera durante las 24 horas por al menos cinco días a la semana.

Al asaltar los vagones, los delincuentes actúan con total impunidad, lo que se hace más evidente al tardarse días en retirar toneladas de metales, sin que alguna autoridad llegue al sitio.

Por ejemplo, el martes 25 de abril fue atracado un vagón de Ferromex a plena luz del día, y esto dejó tanto metal para la turba que cuatro días después todavía continuaba con la extracción.

Patrullas de la Policía de Monterrey y de Fuerza Civil fueron vistas en el sector “pasando” por la zona de “El Triángulo”, pero no intervinieron.

En la Colonia Hidalgo, las calles José María Iglesias, Sendero de Los Lirios y Vía Paredón, son utilizadas por los chatarreros como tiradero de metales.

“Los dejan por todos lados”, explicó un afectado, “a veces en la mera puerta de la casa hasta que vienen por ellos”.

En el robo participan desde personas de la tercera edad hasta niño: la mayoría llega con guantes, carretillas o vehículos artesanales para trasladar los metales.

“Les pagan como mil o mil 500 (pesos), depende de lo que obtengan”, señaló un informante.

Sobre la esquina de la calle José María Iglesias y la vía del ferrocarril se localiza un domicilio donde se guarda metal, que es extraído durante la semana en diversos camiones.

“Hay patrullas de la Policía de Monterrey y Fuerza Civil que llegan a ese punto, hablan con los sujetos y se van”, agregó el informante.

EL NORTE constató cómo un oficial de la Policía de Monterrey llegó al sitio el miércoles 26 de abril, justo cuando varios sujetos subían metales robados a un camión, pero luego de unos minutos y una llamada telefónica se retiró del sitio.

Los hechos ocurrieron aproximadamente a las 17:00 horas.

En calles del sector también se constató que existen “halcones” que vigilan vehículos con más de un pasajero y los siguen para evitar que ingresen personas ajenas a la turba.

“Mínimo una vez a la semana se ve mucha gente, no siempre son así de ese volumen”, detalló el informante, “pero ahí tienen hasta camas para dormir. Son como una plaga”.

Aseguraron que existen amenazas.

“Ellos traen una radiofrecuencia donde se escucha lo que dicen los maquinistas”, sostuvo un informante, “los pobres se encierran y se detienen, porque ponen cosas en la vía, luego, después de que vacían el vagón, les abren el paso y se van”.