En poco más de una década, Santiago Peña pasó de ser un joven director del Banco Central de carácter sereno a convertirse en el hombre que logró mantener en el poder al conservador Partido Colorado, dejando atrás una campaña llena de baches para convertirse en el nuevo Presidente de Paraguay.

Peña, un economista de 44 años, ganó la elección presidencial con alrededor de 15 puntos de ventaja frente a su principal adversario, el líder opositor Efraín Alegre, según los datos preliminares del tribunal electoral.

"Tenemos mucho por hacer, después de los últimos años de estancamiento económico, de déficit fiscal, la tarea que nos espera no es para una sola persona ni para un partido. Convoco a la unidad, al consenso, ha llegado el tiempo de postergar nuestras diferencias para priorizar las causas comunes que nos unen como nación".
Santiago Peña
Presidente electo de Paraguay

Una década después de haber regresado de Washington, donde se formó y trabajó para el FMI, Peña superó el desafío de mantener en el Gobierno al Partido Colorado, ahogado en disputas internas y acusaciones de corrupción que habían abierto la posibilidad de una alternancia en el poder por primera vez desde 2008.

“Vamos a necesitar de mucha creatividad, imaginación y lucidez para reencontrarnos con nuestro pasado de grandeza y, al mismo tiempo, dar un salto cualitativo hacia el futuro”, dijo Peña en un discurso en el inicio de la jornada electoral.

“No podemos seguir atorados en el pasado. Ese pasado de pobreza y atraso intelectual. El gran reto será insertarnos en el siglo 21”.

Sus allegados creen que su habitual calma y habilidad para negociar lo ayudaron en el difícil proceso que tuvo que atravesar para llegar al cargo.

“Creo que lo que lo caracteriza es que tiene una tranquilidad infinita, una paz interna impresionante”, dijo Lea Giménez, quien fue su Viceministra de Economía y luego ocupó su cargo como Ministra de Hacienda.

“Incluso durante esta elección que ha sido tan larga (…) ni una sola vez le he visto perder la calma. No sé de dónde saca esa fortaleza, esa templanza”.

La carrera de Peña dio un giro en 2016, cuando una manifestación que destruyó parte de la sede del Congreso frustró los planes del entonces Presidente Horacio Cartes de modificar la Constitución para aspirar a la reelección.

En ese momento, el millonario empresario eligió a su joven Ministro de Hacienda para sucederlo.

Sin haber militado antes en política, Peña se afilió al Partido Colorado e inició una campaña meteórica en busca de ganar la Presidencia dos años después. Pero su aspecto citadino y discurso tecnicista tuvieron poco éxito entre los dirigentes del partido de masas.

Después de perder las primarias frente al actual Mandatario Mario Abdo, redobló la apuesta para transitar un camino lleno de escollos.

En agosto de 2022, cuando Peña estaba en plena campaña para las internas de diciembre, Estados Unidos denunció que Cartes participó en actos de corrupción significativos y a comienzos de este año le impuso sanciones económicas que lo obligaron a desprenderse de sus empresas. Cartes niega las acusaciones.

Peña ganó las primarias pero las sanciones representaron un duro golpe para la unidad del partido, que ya arrastraba conflictos internos. Pese a haber limitado sus apariciones públicas, los analistas creen que Cartes seguirá manejando los hilos del poder si su delfín llega a la Presidencia.

A pesar de haber sido padre cuando todavía era un adolescente, Peña se graduó como economista en Asunción y se especializó en políticas públicas en la Universidad de Columbia de Estados Unidos. Trabajó en el Banco Central y fue funcionario del FMI en Washington hasta su designación como miembro del directorio del ente emisor de Paraguay.

“Maduró muy rápido, siendo padre joven (…) se convirtió en adulto muy rápido”, dijo un ex colega del banco. 

“Vino al Banco Central muy joven, e inmediatamente se notaba que era un buen negociador, sabe relacionarse con gente mayor”.

Antes de dejar el Ministerio de Hacienda para luchar por la Presidencia, muchos le auguraban un futuro cómodo en el sector financiero. Hoy Peña asegura que fue la política la que le permitió conquistar espacios y no su formación y experiencia.

“Quiero que Paraguay tenga un protagonismo internacional mucho mayor, que sea un jugador mucho más importante en los foros internacionales. Es una agenda que se perdió en los últimos años (…) y queremos recuperar eso”, dijo a Reuters en una entrevista en enero.

El ahora Presidente electo propone crear 500 mil nuevos empleos en cinco años para dinamizar la economía, así como controlar la inflación que se disparó el año pasado y combatir la inseguridad. No planea subir impuestos ni modificar los lazos que Paraguay mantiene con Taiwán en favor de China.

Luego de algunos traspiés en sus declaraciones públicas, en las que llamó “haraganes” a los argentinos o resaltó los logros de la gestión del ex dictador Alfredo Stroessner, se volvió más cauto. Limitó sus entrevistas con medios y se negó a un debate solo frente a Alegre.

“En mi corazón no hay lugar para el odio y el rencor. Solo veo adversarios circunstanciales con los que mañana tendremos que sentarnos a dialogar”, dijo Peña el domingo al votar. 

“El diálogo es el único camino para la reconciliación”.