A sus 27 años, Mirelle Arciniega, volante del Querétaro, ha tenido que sacar el extra para cumplir al 100 por ciento en entrenamientos y partidos, pero también en casa para criar a Ian, su hijo quien es el motor que la lleva todos los días a ser mejor futbolista.
Mirelle jugó para Puebla y Cruz Azul, y aunque ha tenido momentos complicados, nunca se ha permitido bajar los brazos, para mantenerse como un ejemplo para su pequeño.