El congestionamiento vehicular que actualmente se padece a cualquier hora en Guadalajara, dista de la forma en que se movían los tapatíos hace 200 años cuando había que dormir en los mesones o terminales en el Centro para alcanzar espacio en las llamadas “diligencias” (carruajes jalados por mulas). En éstas se hacían viajes foráneos y nacionales que duraban hasta dos semanas.

Celia del Palacio, escritora y académica de la Universidad de Guadalajara (UdeG), narró que en esa época la capacidad para transportarse desde la Capital jalisciense hacia otros poblados del Estado, incluso fuera de éste, era un privilegio que pocos podían darse.

Además, utilizar una “diligencia” era incómodo, pues viajaban hasta 10 personas apretadas en el carruaje y se realizaban varias escalas que prolongaban por semanas los recorridos.

Al final de la Independencia (de México) había alrededor de 50 mil personas en Guadalajara. En esa pequeña Ciudad no había muchos medios de transporte ni movilidad, había carruajes bastante toscos; la gente se movía mucho a pie y a caballo dentro de la Ciudad. La Ciudad siempre fue atractiva porque era limpia, (tenía) buena agua, venían muchas personas, había algunos caminos y las ‘diligencias’”, explicó Del Palacio.

Altos costos

El traslado en carruajes de Guadalajara a la Ciudad de México podría tardar hasta 12 días. (cortesía)

“Para 1835 se había establecido más formalmente este servicio (carruajes): llevaba mulas y más o menos hacían 12 días a la Ciudad de México. Era caro viajar así, se dice que costaba 200 pesos, era mucho dinero y se hacían un montón de paradas. También había viajes regionales a Lagos de Moreno, Sayula (…) los caminos no eran seguros, las mercancías en cambio se iban en arriería, en mula; era muy importante Guadalajara para el comercio”, informó la académica de la UdeG.

Tan limitadas eran las vías de comunicación en esos años, que las familias vivían en Guadalajara, pero sus actividades lúdicas o turísticas no llegaban más allá de Tlaquepaque, donde abundaban casas de verano que se convertían en espacios para descansar y organizar “saraos” (fiestas campestres).

Modernización

Este medio de transporte denominado “diligencia” se extendió hasta finales del siglo 19 cuando llegó hasta Guadalajara el ferrocarril, un medio de transporte moderno que se introdujo en el Porfiriato y que marcó un antes y un después en la economía del País, así como en la forma de movilizarse. 

“Don Porfirio Díaz (ex Presidente de México), nos guste o no, fue el modernizador de muchas cosas, entonces amplió las redes de caminos, el servicio de ferrocarril que llegó a Guadalajara, y en el siglo 20 se extendieron ramales para ir a otros lugares”, destacó Del Palacio. 

Fue este servicio el que predominó hasta su fin, a mediados de los años 90.

La escritora recordó que también se introdujo un tren de pasajeros desde Guadalajara hasta Chapala, lo cual habría encumbrado a ese Municipio ribereño como destino predilecto de tapatíos y otros connacionales para vacacionar.

Antigua estación del Ferrocarril en 1920. (cortesía)

Llegada de automóviles y bicicletas

Los automóviles de esa época alcanzaban una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora. (cortesía)

A inicios del siglo 20, la bicicleta también revolucionó la movilidad. En ese entonces llegaron las primeras que constaban de una enorme llanta delantera y una pequeña atrás. Eran exclusivas de las clases altas. Conforme fue abaratándose este vehículo y se democratizó su uso, los más acaudalados optaron por los autos, que también llegaron a principios del siglo pero fue hasta los años 50 cuando se extendieron.

Las bicicletas fueron muy populares y un adelanto muy llamativo. Todo mundo quería tener una, pero no todos podían tenerla”, rememoró la académica de la UdeG. 

También en la primera década del siglo 20 llegó el primer coche, por ahí dicen las novelas de la época que iban a una velocidad pasmosa: a 20 kilómetros por hora. Decían ¡qué peligroso! Porque un día en Avenida Hidalgo atropellaron a alguien… y venía ‘tan rápido’ que atropellaron a alguien: fue un escándalo”, destacó. 

Crece parque vehicular

El auto logró mayor permeabilidad en la Ciudad, al igual que las motocicletas, y llegó a extenderse al grado de alcanzar una tasa de un vehículo por cada dos habitantes.
En 2021, en el Área Metropolitana de Guadalajara había 5 millones 268 mil 151 habitantes, frente a 2 millones 661 mil vehículos registrados en circulación, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En la metrópoli hay más de 2.6 millones de vehículos en circulación.

Debido a este crecimiento de vehículos, se busca introducir de nuevo la bicicleta como parte del transporte multimodal en la Ciudad

Edición: Yenzi Velázquez. 
Información: Violeta Meléndez. 
Fotos: Jorge Rangel, Renee Pérez, cortesía Ayuntamiento de Guadalajara.
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