¿QUÉ SON?

Mientras que los grandes temblores en CDMX ocurren cuando una placa tectónica se incrusta bajo otra (subducción, como el 19-S de 1985) o cuando una placa se fractura (interplaca, como el 19-S de 2017), los microsismos también son fracturas, pero en la corteza terrestre, muy cercanas a la superficie y de magnitud no mayor a 4.0.

Bajo la Ciudad de México se han detectado cuatro fallas locales.

📌Mixhuca (MI)
📌Santa Catarina (CA)
📌San Lorenzo Tezonco (SLT)
📌Copilco (CO)

Mapa elaborado por Geociencias de la UNAM.

EL DEL 10 DE MAYO

El Servicio Sismológico Nacional (SSN) registró el movimiento telúrico a las 22:20 horas en Magdalena Contreras, aunque las coordenadas que fijó corresponden a Las Águilas, Álvaro Obregón (vecinos reportaron grietas en sus casas📰 ). 

La magnitud final fue de 3.0 y se percibió fuerte en ambas alcaldías y en Benito Juárez, Coyoacán, Magdalena Contreras e Iztacalco.

Entre el 10 y el 16 de mayo se registraron 25 microsismos con epicentro chilango, de los cuales 22 se registraron en la zona de Lomas, al poniente, en Magdalena Contreras.

ACELERACIÓN: CLAVE

Renato Berrón, director del Instituto para la Seguridad de las Construcciones de la CDMX, asegura que tanto ciudadanos como autoridades debemos dejar de considerar la magnitud de un sismo o un microsismo como el valor más importante para dimensionarlo y, en cambio, lo ideal es monitorearlos a partir de la aceleración que producen (incluso, pide que se difunda el mapa que se genera 📰).

La magnitud de un sismo es el valor que se asigna a la energía liberada desde el epicentro. Después, las ondas sísmicas se propagan y provocan movimientos de diferente proporción en la superficie (aceleración) dependiendo de la distancia con el origen y el tipo de suelo.

La Red Acelerográfica de la Ciudad de México funciona desde 1987. Cuenta con 81 sensores que miden la aceleración de cada sismo en distintos puntos y lo reflejan en gales (en honor a Galileo).

En el microsismo del 10 de mayo, por ejemplo, las zonas más cercanas al epicentro y con suelos más blandos fueron las que lo percibieron de muy fuerte a fuerte… pese a su magnitud relativamente baja.

Con información de la Red Acelerográfica.

¿Y LA ALERTA?

El Sistema de Alerta Sísimica Mexicano cuenta con 97 sensores en la región más activa del País: la zona del Pacífico donde se unen la Placa de Cocos y la Norteamericana.

La distancia entre esta zona y la Ciudad de México permite que, en cuanto ocurre un sismo cerca de ahí, la señal de alertamiento llegue al Valle de México antes de que las ondas sísmicas lo hagan.

Es por eso que a veces se puede desalojar con tiempo suficiente antes de que empiece la sacudida.

Tres sismos y cuatro de las variables que han determinado su intensidad.

Los microsismos, en cambio, son registrados por los instrumentos al tiempo que son percibidos por la ciudadanía, pues las ondas sísmicas no tienen distancia que recorrer.

Es mejor asimilarlo para no generar falsas expectativas:

👉¡No hay forma de alertar a los capitalinos de un sismo con epicentro en la Ciudad!👈

¿POR QUÉ TRUENA?

Algo característico del microsismo reciente fue que venía acompañado de un tronido.

Esto ocurre porque, cuando la onda sísmica llega a la superficie crea, a su vez, una onda acústica que el humano escucha como una explosión, un crujido o un golpe seco fuerte. 

Se percibe fracciones de segundo antes de la sacudida y sólo en microsismos de mayor magnitud.

👉Pasa en todos los temblores, pero esta vez se escuchó porque el epicentro fue local👈

¡CUIDA EL AGUA!

A diferencia de los grandes temblores, fenómenos que ocurren independientemente de la actividad humana, científicos han comprobado que en los microsismos sí tenemos algo que ver.

El hundimiento de la Ciudad, producto de la extracción de agua del subsuelo, provocan fatiga o esfuerzos sobre las fallas, que se va acumulando. 

Es una de las hipótesis de los investigadores sobre el aumento de eventos en los años recientes.

Lo grave es que, ante la sequía que suma tres años y la reducción de agua potable que recibimos del Cutzamala, la apuesta este año es reactivar más pozos (una solución polémica📰)  en el Valle de México para obtener más líquido.  

El hundimiento provocado por la extracción de agua, puede llegar en un momento dado a hacer que se acumulen esfuerzos en esa fallas que eventualmente pueden romper en forma de sismos".