Luis Barragán estudió en la Escuela Libre de Ingeniería y a los 23 años decidió emprender un viaje a Europa, que transformaría su práctica profesional. Conoció la obra “Los Jardines Encantados”, de Ferdinand Bac, así como los paisajes de las villas españolas e italianas y de la costa mediterránea, que también influenciaron fuertemente su trabajo. A su regreso a Guadalajara, Barragán desarrolló varias obras por encargo. Su primer proyecto fue la restauración de la Casa Robles León (Calle Madero 607), en 1927.

El tapatío Luis Barragán ha sido el único mexicano en ganar el Premio Pritzker, considerado el Nobel de la Arquitectura.
La Casa Robles León fue una restauración que Barragán realizó en 1927. Foto cortesía Revisiones GDL.
Casa Robles Castillo.

La Casa Robles Castillo, ubicada en la esquina de Avenida Vallarta y Argentina, fue la primera casa formal construida por el reconocido arquitecto tapatío. La diseñó en 1926, cuando apenas tenía 24 años, por solicitud del doctor Robles Castillo y fue finalizada en 1928. Esta finca ha tenido una historia muy peculiar: aunque está catalogada como de Valor Artístico Relevante en el Inventario de Patrimonio Cultural de Jalisco, ha sido café, restaurante, fue sede de una taquería y de un restaurante de franquicia, que modificó parte de su fachada.

La Casa Robles Castillo ha tenido varios usos comerciales.
La Casa Rayón 121, de Luis Barragán fue restaurada por la arquitecta Lucía Ortiz. Foto cortesía.

Las calles de Guadalajara fueron punto de inspiración para este reconocido arquitecto. En las primeras décadas del siglo 20, un grupo de arquitectos, encabezados por Luis Barragán, Pedro Castellanos y Rafael Urzúa, buscaban nuevos postulados de construcción: querían desapegarse de las influencias europeas para utilizar sistemas constructivos y materiales regionales. 

Casa ITESO Clavigero.

A ese movimiento se le conoce como Escuela Tapatía de Arquitectura, que tiene valiosos ejemplos en fincas como la Casa González Luna (José Gpe. Zuno 2083), hoy conocida como Casa ITESO-Clavigero, así como la Casa Cristo (Pedro Moreno 1612), ambas de la autoría de Barragán y declaradas como Monumento Artístico de la Nación.

Casa Cristo, hoy sede del Colegio de Arquitectos del Estado de Jalisco.
Barragán diseñó espacios públicos como el Parque de la Revolución.
Parque de las Estrellas.

Pero el arquitecto no solo dejó espacios privados, también se adentró en el diseño de espacios públicos e infraestructura urbana. En 1935, con la colaboración de su hermano Juan José Barragán, diseñó el Parque de la Revolución, donde antes estuvo la penitenciaría de Escobedo como un espacio para propiciar la convivencia entre los tapatíos. También se encargó del diseño de El Parque de las Estrellas en Jardines del Bosque.

Casa Estudio Luis Barragán.

En 1936 decidió mudarse la Ciudad de México y en 1940 compró una extensión de terrenos cercanos al Bosque de Chapultepec. Ahí construyó la que ahora se conoce como Casa Estudio Luis Barragán, que habitó durante 40 años, y que en 2004 se convirtió en la primera finca de América Latina en ser distinguida como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

La multiplicidad de intereses de Barragán, que iban desde la arquitectura serrana, el paisajismo, los jardines, los trazos mediterráneos, hasta la sobriedad de los conventos franciscanos, están presentes a lo largo de su obra, que en cada espacio invita a la sorpresa, a la constante emoción, pero también al secreto y a la reflexión.

Información: Rebeca Pérez Vega.
Fotos: Cortesía.
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