Mario García Torres, único norestense cuya obra fue seleccionada para “Chosen Memories”, considera a esta exhibición como un statement.
“Repensar Latinoamérica en ese lugar increíblemente profundo (el MoMA), que es un museo que tiene mucho poder, que ha dictado la manera de ver las cosas y que ahora estén ahí esas obras.
“Muchas de las obras transparentan ese intervencionismo de Estados Unidos en Latinoamérica, así que al estar ahí, en el centro de Manhattan, va a cambiar radicalmente las cosas”.
Lo que cambió, en una primera instancia, fue la propuesta de este artista monclovense, titulada “Je ne sais si c’est la cause” (“Yo no sé si esa es la causa”).
Cuando el artista concibió la instalación, en 2011, la canción de seis minutos, que aparece mientras son proyectadas varias fotografías, fue compuesta en el idioma francés.
Para esta exhibición, García la reescribió en su totalidad al español y cambió el género musical. Pasó de ser una “cancioncita cool” a tener un beat de reggaetón.
“Je ne sais si c’est la cause” (“Yo no sé si esa es la causa”) registra los murales que el artista francés Daniel Buren realizó en el Grapetree Bay Hotel, en las Islas Vírgenes, en los años 60, a cambio de un alojamiento en el lugar.
En este sentido, el artista conceptual define a “Chosen Memories”, como una expo en parte melancólica.
“Hay piezas muy interesantes, como las del uruguayo Alejandro Cesarco, que hace un retrato muy íntimo -una película de 16 milímetros de su papá, que había sido desahuciado. Es una pieza increíblemente poderosa”.
García Torres ya había estado en el MoMA, con su película T, en 2012. Esta es su segunda vez.