La Penitenciaría de Escobedo tuvo su origen en el ideario de ilustrados y liberales mexicanos que conocían los problemas que acarreaban las antiguas prisiones.
“Con el impulso de Antonio Escobedo, Gobernador de Jalisco, este establecimiento inició su construcción en 1844 en terrenos de un antiguo convento”, consignó al respecto el museo virtual Claudio Jiménez Vizcarra.
El lugar se conoció inicialmente como Cárcel Correccional.
Durante su visita a Guadalajara en 1875, el General Ignacio Martínez destacó que era uno de los edificios más notables de la Ciudad “y único en su género en la República”.
La Penitenciaría, situada en la huerta del Convento del Carmen, en lo que hoy sería el polígono que va de Federalismo a Enrique Díaz de León y de López Cotilla a Pedro Moreno, habría iniciado formalmente los estudios de penales modernos. Otros autores afirman que la primera piedra fue puesta el 24 de mayo de 1845.
El inmueble, sin embargo, comenzó a estorbar en los planes de expansión de la Ciudad, y fue demolido por completo en 1933 para dar paso al parque Revolución, que formó parte del predio, y para que pudieran unirse la Calle Juárez y la Avenida Vallarta.