En Europa, varios países, como Francia, se vieron privados de la máxima calificación en las tres agencias principales a raíz del estallido de la crisis financiera de 2008.
Aún así, tras perder su AAA en 2012-2013, Francia “no perdió inversionistas” en su deuda, aseguró la fundadora del gabinete Global Sovereign Advisory, especializado en la estrategia económica de los Estados.