Desde tiempos de la Conquista, el territorio que hoy ocupa Jalisco ha sido de una fértil tradición literaria. En otras regiones de México se desarrolló con fuerza la minería, la agricultura y la ganadería, pero a las tierras de Nueva Galicia llegaron distintas órdenes religiosas que construyeron conventos en los que florecía el desarrollo del pensamiento, la filosofía, la retórica y por supuesto la escritura, expresa el académico y escritor Efraín Franco Frías.

Convento y templo de San Agustín, a un costado del Teatro Degollado.
Convento y Templo de San Francisco.

“Al no ser el occidente de México una zona minera, particularmente la Nueva Galicia, sino más bien mercantil y religiosa, el movimiento de ideas y de movimientos culturales fue muy prolífico, basta con dar un vistazo a la Ciudad en siglos pasados, había un apiñamiento de conventos en el centro de la Ciudad en los que florecía la filosofía, la literatura, la retórica, es decir, tanto los estudios religiosos como las artes liberales”.

Efraín Franco Frías, ex titular del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad de Guadalajara.

 

El Templo y Colegio de Santo Tomás de Aquino (hoy Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz) fue sede de la Universidad de Guadalajara.

Para la Sara Velasco, una de las académicas más importantes en el campo de la investigación de la literatura jalisciense de los últimos dos siglos y que en distintos libros ha recuperado la figura de medio millar de escritores locales, hay un universo literario muy rico y diverso en esta región en todos los ámbitos.

“Hay una producción literaria impresionante. Jalisco es tierra de escritores y me parece que siempre ha habido un ejercicio de escritura, se hacía como se podía, con los medios que se tuviera al alcance, con la fundación de la Universidad de Guadalajara (1792) y la llegada de la imprenta (1792), con la tradición que se promueve desde las iglesias y conventos, desde ahí se promueve el pensamiento escrito; siempre ha habido escritores valía, muy importantes y esa tradición se ha mantenido vigente hasta nuestros días”.  

Sara Velasco, historiadora de literatura jalisciense.

La escritora tapatía Guadalupe Dueñas (1910-2002) resaltó por su manera de escribir sobre la realidad con elementos fantásticos.

Quizá los autores más conocidos de esta tradición literaria de Jalisco son José López Portillo y Rojas, Mariano Azuela, Juan Rulfo, Juan José Arreola, Agustín Yáñez y José Agustín, pero a partir del siglo 18, de esta región surgieron grandes escritores no solo para fortuna de Jalisco sino de México y el mundo, aunque muchos otros han sido olvidados y borrados de la memoria colectiva, lamentan especialistas. 

El tapatío Agustín Yáñez (1904-1980) fue gobernador de Jalisco y un destacado escritor.

Entre ellos están Fernando Calderón, Guadalupe Dueñas, Refugio Barragán de Toscano e Isabel Angela Prieto de Landázuri, entre una larga lista.

Refugio Barragán de Toscano, originaria de Tonila (1843-1916), fue narradora y dramaturga mexicana.

“Es muy curioso que particularmente la zona sur de Jalisco sea una tierra muy prolífica en cuanto a escritores por lo menos los que han sido más famosos, como Rulfo y Arreola, pero también hay autores, si nos salimos del canon, como Refugio Barragán de Toscano, considerada la primera mujer mexicana en escribir una novela ‘Premio del Bien y Castigo del Mal (1884), que es de esa misma zona y que retrató los mismos paisajes que después Rulfo hizo famosos, pero ella no es tan popular”.

 Erandi Barbosa, escritora y editora.

Imagen tomada por el escritor Juan Rulfo en 1950. El autor retrataba la vida cotidiana del País, no solo en palabras, sino a través de la fotografía.

Uno de los hilos conductores de la literatura hecha en Jalisco es la diversidad. Se ha retratado la vida y las costumbres de la región, pero también se ha hablado del paisaje rural, se ha   retratado la pobreza histórica del pueblo, se ha hecho crítica a la falta de talento de los políticos, se han escrito comedias y dramas que reflejan la idiosincrasia mexicana, hay una serie de preocupaciones e intereses estéticas que aunque en un inicio tuvieron influencias en la tradición europea, poco a poco gestaron un lenguaje y un estilo propio “que luego fue modelo para las letras europeas”, precisa el profesor investigador de Letras del Centro Universitario de Ciencias Sociales de la UdeG, Juan Manuel Sánchez Ocampo.

Fotografía de Jalisco, realizada por el escritor Juan Rulfo en 1940.
Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno​ (19171986) fue escritor, fotógrafo y guionista de cine.

Juan Rulfo (1917-1986) es quizá el escritor jalisciense más universal. Con El Llano en Llamas (1953)  y Pedro Páramo (1955) estableció un parteaguas en la literatura nacional que puso fin a la novela revolucionaria y desde la publicación, ambas obras han sido traducidas a medio centenar de idiomas, que incluyen francés, alemán, eslovaco, letón, chino, japonés y portugués. 

Los entrevistados coinciden en que el autor experimentó con las formas narrativas, recreó el habla popular, reflejó los paisajes áridos y desolados del sur de Jalisco, pero también escribió sobre la pobreza, la marginación, la violencia, el odio, la nostalgia, la orfandad y la soledad, en un mundo fantasmal que resultaba sorprendente para la época. 

Información: Rebeca Pérez Vega.
Fotos: Cortesía.
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