Entretenimiento principal

Jalisco, uno de los estados más vibrantes de México, ofrece una amplia variedad de opciones de entretenimiento para todos los gustos. Pero, ¿cómo era el panorama hace 200 años, cuando se convirtió en un Estado Libre y Soberano?

Aunque la oferta de entretenimiento en Jalisco durante la primera mitad del siglo 19, una época marcada por conflictos políticos y sociales, no era tan diversa como en la actualidad, existían actividades que permitían disfrutar de momentos de diversión y esparcimiento para la población.

Según Arturo Camacho Becerra, Doctor en Historia del Arte por la UNAM, especializado en Arte y Cultura del Siglo 19 en Jalisco, las corridas de toros, vistas como un espectáculo que combinaba la destreza del matador con la fuerza y coraje del animal, y el teatro, que atraía a personas de diferentes clases sociales, eran los principales eventos de entretenimiento.

“En aquel entonces, el entretenimiento incluía las corridas de toros, que eran muy populares. Se improvisaba una plaza de toros en el lugar que hoy ocupa el Mercado Alcalde. También el teatro desempeñaba un papel importante, con el Coliseo de Comedias, ubicado en la intersección de las calles Galeana y López Cotilla, como uno de los principales escenarios para las representaciones teatrales”, comenta el historiador.

Además, se llevaban a cabo ciclos de festividades que se extendían desde octubre hasta el carnaval, seguidos de las celebraciones de la Semana Santa.

“Estos ciclos festivos incluían también las corridas de toros y los juegos de cartas. Por otro lado, había representaciones de comedias de corrales, con artistas de la cuerda y el aire, así como trapecistas que visitaban la región”, añade Camacho.

Resulta curioso destacar que durante esa época, el vuelo de papalotes se volvió tan popular que tuvo que ser prohibido debido a los accidentes que ocurrían.

“El vuelo de papalotes fue prohibido por Luis Quintanar (Gobernador entre 1822 y 1824) debido a que la gente se caía de los techos. Los accidentes se debían a la emoción que provocaba esta actividad. En mi opinión, volar papalotes simbolizaba la libertad para una población que ya no era súbdita del rey, sino ciudadanos”, comparte el investigador.

Música

La música también desempeñaba un papel esencial. En ocasiones especiales, como el Jueves de Corpus, el Ayuntamiento contrataba grupos de ópera para deleitar a la población.

La música sacra gozaba de gran popularidad, y las iglesias eran lugares donde la gente podía disfrutar de melodías interpretadas por coros y músicos. Además, la música en los hogares comenzó a surgir como una forma de entretenimiento, utilizando pianofortes y pianos de barra. Estos instrumentos, que no tenían cola, se hicieron populares y se tocaban valses y varsovianas, lo cual era novedoso en esa época.

Los bailes también destacaban. En el Coliseo de Comedias, desde finales del siglo 18, se llevaban a cabo bailes como el “jarabe gatuno” y el “pan de manteca”. Estos bailes fueron prohibidos por la Iglesia debido a su carácter disoluto.

“El jarabe gatuno era algo similar a lo que hoy en día sería el perreo para los jóvenes de hoy. Consistía en movimientos pélvicos similares a los del cortejo de un gato. El hombre se comportaba como un gato frente a la mujer. El pan de manteca también fue prohibido”, indica Camacho.
“Por otro lado, comenzaron a surgir los fandangos, considerados los inicios del mariachi. Estos eventos informales involucraban a personas con guitarras que se reunían para tocar música y bailar. La música popular estaba emergiendo de forma espontánea”.

Acceso a la diversión

En cuanto a la accesibilidad de estas opciones de entretenimiento (excepto los papalotes), existían ciertas limitaciones según las clases sociales. Instrumentos como el pianoforte eran exclusivos de las clases pudientes debido a su alto costo, y en el Coliseo de Comedias existía una estratificación, con los ricos ocupando las primeras filas o los palcos, y los pobres la luneta alta. No obstante, se observaba cierta democratización del entretenimiento, ya que tanto ricos como pobres podían disfrutar en el Coliseo.

Otro aspecto interesante de esa época eran los juegos de azar. Las cartas eran muy populares y la gente se reunía para jugar diferentes juegos. Estos no solo proporcionaban entretenimiento, sino que también eran una forma de socializar y pasar tiempo con amigos y familiares.

La sociedad virreinal se volvió laica, lo que multiplicó las oportunidades de recreación y ya no estaban limitadas a las festividades religiosas. Sin embargo, las apuestas de dinero eran delitos penalizados. Se podía jugar a las cartas y a la lotería en los hogares, pero no de otra manera”, señala el experto.

Juegos y juguetes tradicionales como la gallinita ciega, las escondidas, el yoyo, el balero y los cochecitos de madera eran disfrutados por la población infantil de la época. Mientras las niñas adineradas tenían muñecas importadas de Europa, las de familias más humildes tenían muñecas de trapo.

En cuanto al entretenimiento basado en géneros, a las actrices se les prohibía mostrar las piernas e incluso los hombres interpretaban roles femeninos. En el Coliseo de Comedias, los hombres ingresaban por un lado y las mujeres por el otro.

“En esta época también surge la linterna mágica, que es precursora del cine. Estas proyecciones solo se realizaban durante la noche y en Guadalajara era difícil obtener un permiso debido a que hombres y mujeres debían permanecer a oscuras. Debían acudir al pueblo indígena de Tlaquepaque.”

Todo el entretenimiento de la época, que servía para escapar de las tensiones y preocupaciones de la vida diaria, también contribuía a la creación de una identidad cultural y social en la región

Más datos curiosos sobre la música del siglo 19

Según Eduardo Escoto Robledo, Maestro en Etnomusicología por la Universidad de Guadalajara y profesor del Departamento de Música de la UdeG:

 

  • Durante la primera mitad del siglo 19, la música popular se transmitía de forma oral y no alcanzaba un nivel destacado a nivel nacional en cuanto a su formalidad.
  • A lo largo del siglo hubo pocos cambios en la música, pero los últimos 40 años marcaron un momento de relevancia e impulso.
  • Durante el último decenio del Porfiriato se desarrollaron diversos proyectos y perspectivas musicales. Esto incluía la existencia de una orquesta, similar a las filarmónicas actuales, con músicos que trabajaban tanto en iglesias como en teatros.
  • En 1880, Clemente Aguirre regresó a Guadalajara, donde había pasado su infancia, y fundó la banda de la Escuela de Artes y Oficios. Con esta banda, retomó la práctica de las serenatas en la Plaza de Armas, que había tenido lugar a principios del siglo. Migrantes alemanes conseguían partituras del extranjero, las cuales Aguirre y sus músicos interpretaban.
  • Hacia finales del siglo, se celebraban fiestas patrias en la Plaza de Armas, que se dividía en diferentes sectores según el tipo de música que se interpretara. En los últimos años del Porfiriato, se daba cabida a la música tradicional o indígena en las esquinas de la plaza.
  • Casi al terminar el siglo comenzaron a destacar músicos jaliscienses que viajaban por el mundo, como Francisco Godínez Morales, quien se trasladó a París.
  • Durante esta época, se observó un aumento en la presencia de profesores de música que impartían clases en varias casas.

Información: Abril Valadez.
Fotos: Cortesía.
Síguenos en Twitter @muralcom