INMUEBLE EN LA MIRA
La Guardesa
A poco tiempo de haber conquistado la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador emprendió una cruzada para recuperar los que, aseguró entonces, eran terrenos usurpados por particulares a la capital.
Después de una polémica expropiación en Xochimilco, el Mandatario del otrora Distrito Federal puso la mira en el Bosque de Chapultepec con un llamado a los presuntos ocupantes de terrenos protegidos a regularizar sus viviendas.
El 16 de octubre de 2002 llegó el ultimátum: “Que no piensen que se nos va a olvidar, que va a ser un asunto nada más de temporada, ya tomamos la decisión de poner orden en el Bosque de Chapultepec y va en serio”, advirtió en una de sus conferencias mañaneras.
Políticamente, López Obrador tenía puesta la vista, sobre todo, en la devolución del llamado Parque de la Hormiga, un terreno de 38 mil 90 metros cuadrados en la segunda sección del bosque, que fue integrado a la entonces Residencia Oficial de Los Pinos en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Luego de una petición formal del Gobierno local y de la Alcaldía Miguel Hidalgo -en ese momento, en una pugna por el control del Chapultepec-, el Presidente Vicente Fox decidió devolver los terrenos a la urbe, que actualmente aloja un parque para niños en las inmediaciones de Constituyentes.
Esta victoria simbólica, que AMLO capitalizó mediáticamente, ha eclipsado el recuerdo de una batalla que no rindió, para él, los frutos esperados.
Tras la “tercera llamada” del entonces Jefe de Gobierno, se integró una comisión que informó que al menos 10 terrenos en Chapultepec estaban siendo revisados como posibles invasores.
Uno de ellos era el 199 de Cumbres de Acultzingo: La Guardesa.
De acuerdo con información que ha sido validada en juicios, la casona enclavada en ambas barrancas pertenece a un fraccionamiento que el Departamento del Distrito Federal autorizó en 1950.
En 1992, como parte de las modificaciones que el ex Presidente Salinas hizo en Chapultepec, un decreto expropiatorio habría afectado parcialmente a La Guardesa, pero, como sucedería reiteradamente desde entonces, la propiedad legítima del inmueble pudo acreditarse con un amparo concedido un año después.
El intento del Gobierno de AMLO llegó el 2 de diciembre de 2003, cuando fue publicado el “Decreto por el que se declara como Área de Valor Ambiental del Distrito Federal al Bosque de Chapultepec”, una regulación encabezada por la entonces Secretaria del Medio Ambiente, Claudia Sheinbaum.
El decreto incluyó en el polígono protegido, de una extensión de 686 hectáreas, a toda la superficie ocupada por La Guardesa, por lo que María Estrella Rodríguez y Menéndez Lago promovió un amparo el 24 de diciembre del mismo año.
Como ocurrió en el sexenio de Salinas de Gortari, el 18 de mayo de 2005, el Juzgado Décimo Tercero de Distrito en Materia Administrativa dictó una sentencia a favor de la propietaria, por lo que el Gobierno de la Ciudad de México fue obligado a dar marcha atrás.
El 1 de octubre de 2008, el Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard publicó, entonces, un decreto que derogaba el anterior “sólo por lo que se refiere al inmueble ubicado en calle Cumbres de Acultzingo número 199, Colonia Lomas Altas, Delegación Miguel Hidalgo, Distrito Federal”, único predio que fue retirado entonces.
Por esa derogación, La Guardesa libró en el mismo año una denuncia ante la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) del Distrito Federal, interpuesta por una persona que solicitó la confidencialidad de sus datos personales, y que acusaba a la propietaria de ocupar ilícitamente terrenos de la Tercera Sección de Chapultepec.
Una y otra vez, “El Castillito” ha salido incólume de las acusaciones por la vía judicial y, ahora, se alista a ser declarado Monumento Artístico, nuevamente, tras ganar un juicio de amparo.
El interés del Presidente Andrés Manuel López Obrador en el Bosque de Chapultepec no ha cesado, tras la “apertura” de Los Pinos y los titánicos trabajos del proyecto prioritario “Chapultepec, Naturaleza y Cultura”, que ascenderá a 8 mil 700 millones de pesos y que, por tercer año consecutivo, ha acaparado una cuarta parte del presupuesto de la Secretaría de Cultura.
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