
Guillermo González Camarena (1917-1965)

Nada de lo que vemos en la televisión hubiera sido posible sin un tapatío. Guillermo González Camarena fue un científico, investigador, ingeniero e inventor mexicano que en 1940 cambió el rumbo de la televisión en el mundo.
Ese año, Guillermo inventó el sistema tricromático secuencial de campos (conocido como STSC), un sistema para transmitir televisión a color. Inventó también más tarde, en los años 1960, un sistema más simple para generar color el sistema bicolor simplificado. González Camarena lanzó la televisión en color en México años antes que la implantación del estándar NTSC en el resto del mundo.
El “Adaptador Cromoscópico para Aparatos de Televisión”, primer sistema de transmisión a color para la televisión fue patentado el 19 de agosto de 1940. El 10 de agosto de 1942 ingresó la solicitud de Patentes en los Estados Unidos de América. A partir de este primer sistema, en diversos países empezaron a surgir diferentes procedimientos más elaborados, pero todos basados en su idea original.
El 31 de agosto de 1946, González Camarena envió la primera transmisión en color desde su laboratorio en las oficinas de La Liga Mexicana de Radio Experimentos, en la calle de Lucerna No. 1, en la Ciudad de México.
Nacido en Guadalajara, aunque su familia se mudó a la Ciudad de México cuando tenía dos años de edad. Siendo aún un niño fabricó juguetes impulsados por electricidad, a los ocho años logró hacer su primer radiotransmisor y a los doce años construyó su primer radio de aficionado; también fue un astrónomo aficionado; construyó sus propios telescopios y fue miembro de la Sociedad Astronómica de México.
Fundó en 1952 el Canal 5 de la Ciudad de México.
José María Arreola Mendoza (1870-1961)

Científico, sacerdote, astrónomo y arqueólogo, José María Arreola Mendoza destacó en todo el país por sus descubrimientos y estudios de la naturaleza. Nació en Zapotlán el Grande y estudió allá en el Seminario Auxiliar de su ciudad natal, realizó estudios de filosofía y teología, se especializó en ciencias naturales, física y astronomía. A fines de 1892 estableció en el Seminario de Zapotlán una estación meteorológica y comenzó sus investigaciones sobre el Volcán de Colima, en ese estado fundó además un observatorio del volcán. Se ordenó como sacerdote y en algunas capellanías que dirigió fundó observatorios de meteorología y astronomía.
En 1900, presentó al Primer Congreso Meteorológico Nacional en la Ciudad de México su nueva teoría sobre vulcanismo y presenta un aparato de su invención llamado “Evaporómetro Arreola”.
En 1917 se trasladó a la Ciudad de México donde fue nombrado filólogo de Lenguas Indígenas de la Secretaría de Agricultura y Fomento. En 1920 trabajó en investigaciones arqueológicas sobre la población del Valle de Teotihuacán y se hizo profesor de antropología.
Se desempeñó también como paleógrafo de la Biblioteca Pública y ayudante del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad. Antes de su muerte, formó una biblioteca y una colección de arqueología que cedió a la Universidad de Guadalajara.
Roberto García Cuellar (1896-1970)

Hasta el día de hoy las acciones del padre Cuéllar en el terreno de la filantropía son reconocidas y marcaron la historia de Jalisco.
Fue un sacerdote que promovió distintas acciones humanitarias sobre todo con las infancias y las personas en situación de calle.
Aunque nació en el estado de Durango, en 1920 se ordenó sacerdote y se desempeñó en la Compañía de Jesús, en Guadalajara y luego como maestro de gramática y literatura española en el Instituto de Ciencias, en esta ciudad vivió hasta su muerte.
Su trabajo humanitario comenzó en 1934 en el patio de una casa, donde empezó a dar asilo a muchachos necesitados de la clase obrera y a niños indigentes que deambulaban por el barrio de San Juan de Dios.
Rentó después una casa más grande para darles albergue y así nació en Guadalajara la Ciudad de los Niños del padre Cuéllar, donde ahora se ubica la Casa de los Niños que lleva su nombre, al poniente de la zona metropolitana en el municipio de Zapopan.
Entonces se preocupaba por darles no solo un asilo sino educación básica, la posibilidad de un registro civil y la asesoría suficiente para desarrollar un oficio.
Hasta la fecha esa institución recibe donativos de ropa, de muebles o periódicos para conseguir fondos para ayudar a los más necesitados.
María Arcelia Díaz (1896-1939)

María Arcelia Díaz fue una obrera textil y una luchadora social por los derechos de los obreros, para muchos una pionera del pensamiento feminista en México.
Su trayectoria comienza como trocilera para posteriormente convertirse en una líder sindical que abogó por los derechos de hombres y mujeres que laboraban en la industria textil en Guadalajara.
Desde pequeña, se enfrentó a múltiples dificultades económicas, su padre falleció cuando ella era una niña, por lo que a los ocho años, para ayudar a su madre y sus hermanos consiguió un trabajo en la Compañía Industrial de Guadalajara donde trabajaba dieciséis horas al día, sin contrato laboral y bajo condiciones laborales insalubres, en donde además de trabajar sus compañeras le enseñaron a leer y escribir.
A los 12 años trabajaba en la famosa fábrica textil Río Blanco, donde observó las primeras huelgas textiles y a los 14 años participó en la organización de un sindicato por lo que fue despedida más tarde.
Fue secretaria general de la Unión Obrera La Experiencia en 1922 que apoyaba al gobierno revolucionario.
Arcelia se integró así al proceso revolucionario, al conflicto Iglesia-Estado, al movimiento obrero y al inicial movimiento feminista donde hablaba de la participación política y los derechos de la mujer y sobre la construcción de una mujer moderna y laica.
Participó en el establecimiento de sindicatos a favor de la Constitución de 1917 en fábricas de varias partes de Guadalajara, representó a los obreros en la Junta Central de Conciliación y Arbitraje del Estado de Jalisco y en 1927 fundó el Círculo Feminista de Occidente (CFO).
María C. Bancalari Bassaury (1876-1954)

Nació en Atemajac de Brizuela en el seno de una familia de educadores e ingenieros. El primero de noviembre de 1892 fundó junto con otros educadores y educadoras en Guadalajara la Escuela Normal de Jalisco.
En la Escuela Normal se formaban maestros de instrucción primaria elemental y de instrucción superior, Maria fue la primera egresada de la Normal Superior del Estado, obtuvo su título profesional en 1897 con la tesis “la enseñanza de la lectura en la escuela primaria”.
El 3 de julio de 1900 entró a trabajar como profesora en la escuela práctica, anexa a la Normal. Se desempeñó también en una escuela del barrio de San Juan de Dios y después fue la primera maestra del Liceo de Varones de Jalisco. En esta institución fue maestra de personajes como Guadalupe Zuno, Sebastián Allende, Victores Prieto y Enrique Díaz de León, los tres primeros fueron gobernadores del Estado de Jalisco y Diaz de León artífice de la reapertura de la Universidad de Guadalajara.
Al reabrirse la Universidad de Guadalajara, en 1925 se desempeñó como maestra de matemáticas e inglés en la Facultad de Comercio.
Severo Díaz Galindo (1876 - 1956)

Considerado como una de las más prominentes figuras científicas del siglo 20 en México, Severo Díaz Galindo nació en Sayula, Jalisco en una familia dedicada a la fabricación de rebozos.
Fue matemático, astrónomo, meteorólogo, geógrafo, y apasionado defensor de la relevancia del Lago de Chapala a nivel nacional.
A los dieciséis años ingresó al Seminario Auxiliar de Zapotlán el Grande (Ciudad Guzmán), fue admitido en el segundo año, por sus conocimientos de latín. A los diecisiete años, era el encargado del observatorio del Seminario, enlazado por telégrafo a la central de la ciudad de México y al resto de los observatorios del país, con los que intercambiaban información.
El 9 de septiembre de 1900 recibió la ordenación sacerdotal, en Guadalajara se dedicó al observatorio del seminario hasta 1913 que, tras la revolución cerró la institución.
Poco después se hizo cargo del observatorio de la Escuela Libre de Ingenieros, en 1921, dirigió el Observatorio Meteorológico del gobierno estatal, que pasó en 1925 a depender de la Universidad de Guadalajara y que en 1947 cambió su nombre por el de Instituto de Astronomía y Meteorología, lugar del que fue director hasta su muerte.
Considerado como el más avanzado de los meteorólogos del país en su tiempo, el padre Severo Díaz, tuvo el reconocimiento y prestigio internacional, por su trabajo y publicaciones. Presidió en Guadalajara la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística desde 1923 hasta el día de su muerte.
Olivia Zuñiga (1916-1990)

Nació en Purificación, Jalisco, fue escritora y periodista tapatía reconocida en sociedad por su papel en la literatura jalisciense. Publicó varios libros, de poesía y narrativa, todos en ediciones limitadas. Los principales son: “Amante imaginado” (1947), “Retrato de una niña triste”, que fue Premio Jalisco de Novela 1951; “Entre el infierno y la luz” (1953), “Los amantes y la noche” (1953) y “La muerte es una ciudad distinta”, quinto volumen de los Libros del Unicornio publicados por Juan José Arreola como editor en 1959.
En 1930, el general Lázaro Cárdenas, quien formó parte del Estado Mayor del general Eugenio Zúñiga, padre de Olivia, la llevó a vivir a Ciudad de México.
En 1942, Zúñiga estudiaba con la guía del director teatral japonés Seki Sano, por quien comenzaría a escribir obras dramáticas. Entre 1950 y 1960 Zúñiga colaboró en las revistas tapatías Ariel, del escritor Emmanuel Carballo; Et Caetera, de Adalberto Navarro Sánchez, Summa y Xallixtlico, de Arturo Rivas Sainz; y en las capitalinas Fuensanta y México en la Cultura. En 1950, Zúñiga fue la primera mujer en recibir el Premio Jalisco de Literatura, por su novela “Retrato de una niña triste”. En 1958, recibió la medalla José María Vigil, otorgada a distinguidos autores.
José “Pepe” Guizar Morfín (1912-1980)

Fue un compositor mexicano de música popular reconocido internacionalmente. Es autor de canciones rancheras, sones jaliscienses y boleros tradicionales. Hizo sus primeros estudios en su ciudad natal y se trasladó a la Ciudad de México en 1928, donde siguió estudios de música, declamación y poesía. Trabajó en la radiodifusora mexicana XEW, donde adquirió el apodo de El pintor musical de México, por las muchas canciones que compuso dedicadas a diferentes lugares del País. Compuso la canción “Guadalajara “, una canción popular de mariachi que le da identidad a todo el estado, también compuso “Sin tí”, “Como México no hay dos” y la melodía “A Poco No”, la cual formó parte de la película de 1941, Citizen Kane, de Orson Wells.
Roberto Montenegro (1887-1968)

Pintor, litógrafo y escenógrafo nació en Guadalajara y a los 16 años empezó a ilustrar la Revista Moderna de México.
En 1906 Ingresó a la Academia de San Carlos o Escuela de Bellas Artes de México. Obtuvo una beca de la Secretaría de Instrucción Pública para estudiar en Europa.
Estudió pintura en París durante dos años. Regresó a México en 1910 justo cuando estalló la revolución, y en Guadalajara entró en el Círculo Artístico fundado por Gerardo Murillo, “Dr. Atl.”.
Realizó dos exposiciones en 1911 y en 1912, con bastante éxito y en 1913 salió nuevamente a Europa donde permaneció durante seis años, en París asistió a la escuela de Bellas Artes, colaboró con Rubén Darío en la Revista Mundial. Al estallar la Primera Guerra Mundial decide irse a vivir a la isla de Mallorca donde expuso varias veces su obra y trabajó en el decorado mural de varios edificios públicos.
En 1934 es nombrado director del Museo de Artes Populares de Bellas Artes y continúa diseñando escenografías, organizando talleres, fundado museos y publicando. En 1957 decoró el frontón del Teatro Degollado en Guadalajara “Apolo y las musas”, que fue luego recubierto con mosaicos y destruido en 1963. Al siguiente año diseñó el mosaico para decorar la Casa de las Artesanías de Guadalajara: “La Muerte de las Artesanías”. En 1967 recibió el Premio Nacional de Artes.
Higino Ruvalcaba (1905-1976)

Aunque hay una orquesta en Guadalajara dedicada a su nombre, lo cierto es que pocos conocen del legado que dejó Higinio Ruvalcaba en la historia de las artes y la música de Jalisco.
Nació en Yahualica, Jalisco, hijo de un músico popular de su pueblo. Comenzó a tocar el violín cuando tenía cuatro años de edad. A los cinco años mostró sus posibilidades de musicalidad e intuición, debutando a esta temprana edad como músico en el en el Teatro Degollado.
A los diez años dio su primer recital como solista. En 1922 se fue a estudiar a la Ciudad de México en el Conservatorio Nacional de Música. En 1928 ya formaba parte de la Orquesta Sinfónica Nacional. En el año de 1931 obtuvo el primer premio y fue seleccionado como solista del Concierto de Weinawsky. En 1935 fue nombrado violín concertino de la Sinfónica Nacional, en donde trabajó hasta 1940. Figuró por igual en la Filarmónica de la Ciudad de México, bajo la dirección del Maestro Eric Kleiber.
Dejó numerosas obras compuestas por él: 22 cuartetos para cuerda, un quinteto, tres miniaturas para cuarteto, cuatro conciertos para violín y orquesta. Realizó las transcripciones para violín y piano de los 24 caprichos de Paganini, originalmente escritas para violín, así como composiciones de canciones populares de corte romántico como “Juventud”, “Mi primer amor”, “Felicidad”, “Carmen” y muchas otras.
Información: Alejandra Carrillo
Fotos: Cortesía
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