Daniel Pogue

David Pogue (centro) junto al resto de los dos pasajeros, el copiloto y el piloto Stockton Rush (primero a la derecha), dueño de la compañía OceanGate Expeditions.

Corresponsal de CBS News, David Pogue participó en una expedición del Titanic en 2022.

Tras su experiencia, en un reportaje televisivo de diciembre, el estadounidense leyó en voz alta la cláusula de exención de responsabilidad que tuvo que firmar, la cual indicaba:

“La embarcación sumergible experimental no ha sido aprobada ni certificada por ningún organismo regulador. Cualquier falla podría causar lesiones graves o la muerte.

Pogue también ha detallado diversas funciones que permiten a la nave volver a la superficie, por lo que en una reciente entrevista indicó que “es realmente preocupante” que en esta última ocasión ninguna de ellas haya funcionado hasta ahora.

El periodista contó que su viaje fue posible gracias a una invitación de OceanGate Expeditions a CBS News, y fue a él a quien le asignaron la cobertura.

Mike Reiss

El guionista estadounidense de comedias televisivas que trabajó en Los Simpson realizó una expedición a bordo del sumergible Titán el año pasado.

En una reciente entrevista con The New York Post, contó que entonces se llevó papel adicional con él al fondo del océano para asegurarse de tener algo en qué escribir algunos chistes finales.

En la primera página de exención de responsabilidades que firmó, contó que la palabra “muerte” se menciona al menos tres veces.

Aunque por momentos se sintió tan tranquilo como el hecho de que el sumergible se maneja con un control de videojuegos, relató que no volvería a repetir la experiencia por “los aterradores pensamientos” de que se acabe el tiempo ahí abajo sin posiblidad de salir

Renata Rojas

La mexicana cumplió el año pasado un sueño que había perseguido durante 40 años: ver los restos del Titanic, e hizo historia como una de las pocas personas mexicanas en lograrlo.

Viajó a bordo del Titán en la misma expedición que el periodista David Pogue. No es empresaria ni multimillonaria, pero ahorró por décadas para explorar ella misma aquel misterio del que quedó fascinada tras ver la película “Una noche para recordar”, en blanco y negro.

Fue la primera cliente de OceanGate Expedition. Junto al también mexicano Alan Estrada, mejor conocido como Alan por el mundo, se unió a las dos primeras semanas de operación en 2021, pero por problemas técnicos del Titán y el mal clima, tuvo que esperar un año.

“Los sueños no tienen precio”, dijo a Pogue, mientras finalmente logró llegar al fondo. “Algunas personas quieren un Ferrari. Algunas personas compran una casa. Yo quería ir al Titanic”.

Alan Estrada

Mejor conocido por su canal de viajes Alan por el mundo, el mexicano Alan Estrada fue uno de los primeros mexicanos, junto a Renata Rojas en llegar al fondo del océano para ver los restos del Titanic.

Tras intentos fallidos en 2021, el youtuber de viajes pudo completar la expedición con éxito el año pasado, por un monto de 125 mil dólares, como costaba entonces.

Aunque dijo que se trató de una experiencia realmente asombrosa a la que muy poca gente en el mundo tiene acceso y que la empresa tiene mucho cuidado con la seguridad de la nave, en sus videos dejó en claro que a OceanGate Expeditions le hace falta mejorar el servicio al cliente, y recomendó a sus seguidores esperar a que el costo del viaje sea menor, pues el tiempo de exploración pueden no ser las 4 horas prometidas, sino solo unos minutos.

Contó que pudo financiarse el viaje gracias a patrocinios de Citibanamex y Corona, las suscripciones a su canal de sus seguidores y algo de sus ahorros.

Shrenik Baldota

Magnate de la industria india, realizó la expedición en la misma ocasión que la mexicana Renata Rojas y el reportero estadounidense David Pogue, en 2022.

Es director general adjunto de MSPL Limited (Grupo Baldota), una de las empresas miltidisciplinarias más grandes de India. Abarca distintos sectores, incluidos minería, energía eólica, gases industriales y transporte marítimo.

En una entrevista con el mismo Pogue, se describió así mismo como un monje porque parece tranquilo, pero dijo que también tiene intereses extremos.

Contó que antes entró a un volcán activo en Vanuatu, fue dos veces a la Antártida, viajó en un vuelo espacial a 70 mil pies en un MiG-29, nadó con ballenas azules y atrapó cocodrilos en Botswana.

Paul-Henry Nargeolet

Considerado un experto en el hundimiento del barco, el buzo y arqueólogo marítimo Paul-Henry Nargeolet, ha hecho varias expediciones a las ruinas del Titanic, la última de ellas, en la reciente expedición del Titán, que perdió comunicaciones con el exterior el domingo.

Previamente, el ex oficial de la marina francesa completó la misma expedición a bordo del sumergible, propiedad de OceanGateExpeditions, con el viajero mexicano Alan Estrada, en julio del año pasado. El bloguero de viajes contó que P.H. fue quien pilotó la nave durante la exploración del Titanic en el fondo del océano.

Nargeolet es director de investigaciones submarinas de E/M Group y RMS Titanic Inc., ha completado 37 misiones a los restos del Titanic y ha supervisado la recuperación de 5 mil artefactos, según su perfil en el website de la compañía.

Trabajando con el Instituto Francés de Investigaciones Marítimas, dirigió la primera expedición de recuperación al Titanic en 1987.

De no hallarse el sumergible a tiempo, su vida, junto con la de otras cuatro personas a bordo –incluyendo al dueño de la empresa Stockton Rush–, corre peligro.

Alan Stern

El ingeniero y científico planetario Alan Stern, que dirige la misión New Horizons de la NASA a Plutón y el sistema solar exterior, también realizó una de esas inmersiones a bordo del Titán en julio del año pasado.

En total, el estadounidense ha participado en veinticuatro misiones espaciales planetarias, orbitales y suborbitales, en ocho de ellas como investigador principal.

A principios de 2009, su nombre sonó como un posible candidato para el cargo de Administrador de la NASA bajo el gobierno del presidente Obama.


Tras finalizar la expedición hacia los restos del Titanic, Stern dijo que se “había sentido como un sueño”.

“¡La experiencia en sí fue tan multifacética! De una expedición arqueológica a una científica, de grandes emociones sobre la exploración a hoscos recuerdos de los perdidos en esa fría e implacable tarde del 15 de abril de 1912, y de la fascinación por la asombrosa tecnología sumergible y la destreza operativa del OceanGate a sentimientos sublimes de toda una vida, logro que hasta hace unos meses nunca consideré posible”, contó.