Ángel Rafael Céspedes Martínez

Como una persona que vivió al 100 por ciento, con pasión, intensidad y entusiasmo, así recuerdan sus seres queridos a Ángel Rafael Céspedes Martínez del Campo tras su sensible fallecimiento.

Nació el 31 de marzo de 1960, en la Ciudad de México, y fue el tercer hijo de Ángel Céspedes Rul y María Martínez del Campo, quienes también procrearon a María, Marisa, Paloma, Maite y Alejandro.

Ángel Rafael Céspedes Martínez del Campo estudió la primaria en el Instituto Patria y vivió una infancia feliz junto a su familia, disfrutando los veranos y vacaciones en Acapulco, Cuernavaca y Córdoba, Veracruz, donde sus abuelos paternos tenían un ingenio azucarero.

Su pasión por el mar y la pesca, así como el esquí en agua surgió gracias a que su padre tenía un velero y pasaban juntos largas horas en altamar.

Isabel Cantú, Ángel Céspedes, Ana Céspedes y Ángel Céspedes

Otro de los deportes predilectos de Ángel Rafael Céspedes Martínez del Campo fue el futbol, que comenzó a practicar desde pequeño y logró destacar como portero. Incluso, por su afición, a partir de los 14 años, en 1974, su papá lo llevó a Alemania a la Copa Mundial, lo cual se convirtió en una tradición que él continuó con sus hijos, siendo Qatar 2022 el último al que acudió.

Cursó sus estudios de secundaria en el Centro Escolar Cedros, la preparatoria en el Centro Escolar Campos Elíseos y la licenciatura de Contabilidad en la Universidad La Salle.

En mayo de 1987, Ángel Rafael Céspedes Martínez del Campo contrajo nupcias con Isabel Cantú, con quien tuvo tres hijos: Ángel, Ana y Joaquín.

Al terminar su carrera, trabajó para la compañía Goodyear Oxo, inicialmente en Sudamérica: Lima, Perú; São Paolo, Brasil; Buenos Aires, Argentina, y luego, en Akron, Ohio, donde nació su primogénito, Ángel Céspedes.

Posteriormente, regresó la Ciudad para desempeñarse en un despacho de contadores y, años después, se independizó para fundar Cofinza, una compañía de asesoría financiera, y junto a su socia, Maricarmen Enriquez de Velasco, consolidó un exitoso negocio.

Se ocupó de cuidar y apoyar a su familia y seres queridos siempre, intentando sacar adelante a los que le pedían ayuda. Creyó que la vida es para disfrutarse y que hay que trabajar duro para hacerlo. A todos los que lo conocimos nos contagio con su buen humor y con su afinidad por los detalles, sus puntadas y la buena comida y bebida. Algunas de sus frases eran: 'Quien sea que quieras ser, trata de ser el mejor en ello” “Para trabajar hay que serle útil a los demás” “Trata bien y cuida a tu gente” “No te compliques”

Ángel Rafael Céspedes Martínez del Campo con Diego Gaxiola

Entrañable amigo, mi compadre querido, generoso, ocurrente, alegre, gran papá, disfrutaba la vida al tope. Fueron inolvidables viajes con él y su familia. Lo vamos a extrañar como a nadie”.

Ángel Rafael Céspedes Martínez del Campo tuvo muchos hobbies, algunos heredados de su padre, como el coleccionismo de arte y relojes, y otros que fue adoptando, como la natación, viajar y la música.

Sus más allegados lo recuerdan como alguien muy familiar y magnífico anfitrión, pues, frecuentemente, los martes convocaba a sus hijos y 13 sobrinos a comer en su casa, no sin antes enviar por WhatsApp el menú del día, el cual incluía su postre favorito: un pastel de La Casita.

Su gusto por el buen comer y el vino lo llevó a tomar clases de cocina francesa y su especialidad era el roast beef, con el que deleitaba a sus seres cercanos.

Como un hombre ingenioso, generoso, astuto, bondadoso, audaz, pragmático, honesto, a veces impulsivo, simpático, sibarita, elegante, gran guía, consejero, padre, esposo, novio, socio, hermano, tío, padrino y amigo, así será recordado tras su fallecimiento el 25 de junio de 2023, en su hogar, en la Ciudad de México. Descanse en paz Ángel Rafael Céspedes Martínez del Campo.

A mediados de los años 60, en la casa de Acapulco de sus abuelos paternos, con sus papás, Ángel Céspedes Rul y María Martínez del Campo, al lado de sus hermanos, María Céspedes, Marisa Céspedes y Paloma Césèdes

+ De puño y letra

“Entre las innumerables lecciones que Ángel nos deja, quisiera mencionar dos aspectos de los que estoy convencido de que todos los que tuvimos la fortuna de conocerlo estaríamos de acuerdo: placer por la vida, es raro encontrar a alguien que disfrute con tanta intensidad y alegría como lo hacía él. Cada encuentro se convertía en una gran experiencia, ya fuera en las comidas familiares que siempre organizaba o en las salidas a pescar a La Jarocha; con él, simplemente, era imposible pasar un mal rato.

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Generosidad Inquebrantable, poseía un gran corazón y siempre estaba dispuesto a ayudar a quien se lo pidiera. Lo que resultaba aún más impactante era el hecho de que no buscaba reconocimiento por sus acciones. Nunca lo escuché presumir de sus buenas acciones, lo que nos hace entender que las hacía por un genuino espíritu de apoyo hacia su familia y amigos y no por motivos egoístas.

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Finalmente, el legado que nos deja no puede ni será reemplazado por nadie, pero aquellos que tuvimos el privilegio de compartir su camino, tenemos la responsabilidad y el honor de aprender y seguir promoviendo las enseñanzas que nos dejó”.

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FERNANDO CÉSPEDES, ahijado

Fernando Céspedes con su padrino, en enero de 2017, disfrutando del mar en Punta Mita

Mi estimado Ángel, en mi memoria permanecerán los buenos momentos que compartimos, pensé que estaríamos juntos hasta el final de nuestros días, y, aunque no podré verte envejecer, en mi corazón siempre vivirá el recuerdo de nuestra amistad, hasta el día que toque reencontrarnos”.

Querido Ángel, desde que nos portábamos pésimo de pubertos en Valle y Acapulco, hasta consolidar una amistad maravillosa durante toda una vida, siempre llena de grandes momentos, hoy te quiero decir que el tenerte como amigo fue de lo mejor que me ha pasado. Te extrañaré siempre”

Para mí, fue un hermano, amigo y cómplice. Me deja un profundo vacío”.

Ángel Céspedes y María Céspedes con María Martínez del Campo, Ángel Céspedes, Maite Céspedes, Paloma Céspedes, Marisa Céspedes y Alejandro Céspedes, en la boda de Natalia Lebrija, hija de Paloma Céspedes, en junio 2014

Un hermano extraordinario, magnánimo, fue el centro de la familia; me deja ese gusto y amor inagotable por la vida”.

Ángel Céspedes y Maite Céspedes

Para mí, Ángel fuel el mejor hermano, siempre solidario y apoyándome en todo. Disfrutó la vida al máximo, me enseñó eso, a gozarla, así como su bondad con la gente, fidelidad y apoyo a la familia. Lo voy a extrañar mucho”.

Los amigos, Áncel Céspedes y Santiago Saldivar en la World Golf Championship Mexico, en febrero de 2018.

Ángel fue una extraordinaria persona, siempre presente con su familia, hermanos e hijos, auténtico amante de la buena comida y vino, excelente anfitrión, muy alegre y ocurrente, siempre recibiéndonos con los brazos abiertos. Todos sus amigos lo vamos a extrañar”.

Los amigos, Áncel Céspedes y Santiago Saldivar en la World Golf Championship Mexico, en febrero de 2018.

Ángel hacía honor a su nombre, era generoso, ayudaba a todos y conseguía lo que se proponía”.

Ángel Céspedes con su madre, su abuela materna y sus dos hermanas mayores