Con los niveles de las presas y pozos a la baja, las obras del Acueducto El Cuchillo II y la Presa Libertad, principales apuestas del Estado para superar la crisis del agua en Nuevo León, entraron a su etapa final.

El acueducto está a un 68 por ciento y empezaría a operar en septiembre, mientras que la presa lleva un avance del 72 por ciento y ya puede captar agua de lluvia, de forma parcial.

Juan Ignacio Barragán, director de Agua y Drenaje, detalló que ya se recibió el 88 por ciento de la tubería del nuevo acueducto y ha sido colocado el 66 por ciento.

Además, las cinco plantas de bombeo están a un 55 por ciento de avance.

Conformado por 7 mil 583 tubos de 12 toneladas cada uno, el ducto permitirá duplicar la extracción a El Cuchillo y aumentar en 32 por ciento el abasto de agua para la Ciudad. La inversión total será de 12 mil 244 millones de pesos.

“Hemos estado buscando que (el ducto) se termine en el verano”, dijo Barragán, “pero no te puedo dar una fecha exacta porque estaría comprometiendo algo que no puedo controlar.

“Al principio estaba para finales de julio, luego vino el tema de las lluvias de mayo y eso hizo que se atrasara”.

Aclaró que el acueducto no comenzaría a operar a 5 mil litros por segundo, que es su máximo, porque la CFE debe ampliar la capacidad de energía, lo que sería en noviembre.

En la Presa Libertad, el miércoles se completó el cierre hidráulico, con lo que empezará a captar agua de lluvia.

La obra implica una inversión de 7 mil 732 millones de pesos.

Barragán añadió que es construido un gasoducto en la obra, que sustituiría a uno viejo.

“Está en proceso de construcción uno nuevo ahí mismo, pero de un calibre más ancho que aguante la presión del agua”, explicó, “y además se le va a hacer una actividad que se llama lastrar, es decir, se le pone peso arriba, haz de cuenta, para que no flote.

“…Y el gasoducto actual se tiene que lavar para que no quede ningún resto de hidrocarburo adentro, porque si llegara a a haber un resto de hidrocarburo y se rompiera, nos contaminaría la presa”.

Mencionó que la cortina tendrá 52 metros de altura, pero actualmente el cierre hidráulico sólo abarcará 12 metros.

“Esa altura permite captar un poco de agua, pero no es demasiada, es una cantidad de agua que el (viejo) gasoducto podría aguantar sin flotar”, aclaró.

El cierre total de la cortina será en diciembre próximo para completar la obra, que dará a la Ciudad mil 600 litros por segundo y se conectará con el acueducto de la Presa Cerro Prieto.