La pasión por el fitness cambió la vida de Melina Figueroa y la salvó de una probable muerte, pues tras padecer anorexia nerviosa, a los 18 años de edad, y pesar 35 kilogramos, encontró en el equilibrio la respuesta y estructura que la han regido hasta ahora.
Siempre busqué salud para tener fortaleza y comprendí que ambas provienen de la alimentación y el ejercicio; cualquier camino, premio y objetivo de un ser humano, no se puede lograr sin estos elementos, ganas y energía”,
Tres años después de ese proceso, Melina Figueroa se concentró en trabajar y ser constante en la nutrición y actividad física, con lo que participó en distintas competencias deportivas y programas televisivos atléticos.
De este modo, gracias a la disciplina, constancia y amor propio que le dejó su nuevo estilo de vida, se preparó, sin saberlo, para más desafíos, ya que, en 2018, en su primer embarazo, fue diagnosticada con hipotiroidismo y, entre las distintas consecuencias que tuvo, aumentó alrededor de 20 kilos.
“Descubrí que el mundo del embarazo, el cual se ve muy bonito y perfecto, no es así; me dio depresión posparto, me veía diferente, tenía emociones y órganos movidos, no sabía lactar y empecé de cero una nueva etapa, pues cuando nace un hijo, nace otra persona como mamá”.
Fue una prueba de Dios, de estar muy delgada a llegar a los 72 kilos, pero lo tomé como un mensaje del cielo y fue el instante de aceptar mi cuerpo y amarlo con más o menos peso, con o sin enfermedad. Fue una lección para aprender a quererme y, a la vez, transmitir ese mensaje”.
Durante la gestación de Ian y con la llegada de su segunda hija, Luna, Melina Figueroa priorizó el desarrollo de ambos pequeños, su matrimonio y hogar, aunque en su interior tenía pendiente el compromiso atlético que la hizo sobresalir en enfrentamientos fitness en el pasado.
Con la idea de regresar al balance, dejó los alimentos procesados y azúcares; además, después de cuatro meses de dar a luz por segunda vez, inició rutinas basadas en hipopresivos para fortalecer el core y cerrar diástasis, también hizo ejercicios funcionales de adaptación para recobrar condición, fuerza y movilidad, con lo que aumentó gradualmente el ritmo.
No hay otro rumbo, se debe comer sano y hacer ejercicio, creo que es una fórmula muy sencilla que tienes que aprender; a veces tenemos malos hábitos, desconocemos o tenemos ganas de comenzar, pero no sabemos cómo. En cierto tiempo, fue algo a lo que no le di importancia, pero es el esqueleto de todo”.
Actualmente, Melina Figueroa ha repartido su tiempo para atender cada una de sus facetas, llevar a sus niños al colegio, regresar a casa a entrenar con pesas y 45 minutos de cardio, para después, dedicarse a la escritura creativa, que también es una de sus pasiones.
En el camino hacia su mejor versión, la reciente campeona en Fisicoculturismo Natural Real, en los FIT AWARDS, competirá en el Mundial de Fitness Natural Olympia, en Las Vegas, mientras que continúa con otros planes en los distintos rubros de su vida profesional.
Una de las próximas metas de la amante del ejercicio consiste en lanzar un reto integral, en el que de forma gratuita, muestre rutinas de ejercicio y dieta para iniciar a más personas en el fitness y que, al igual que ella, encuentren un balance.
Una mejor versión tras el embarazo
Éstas son algunas recomendaciones que le funcionaron a Melina Figueroa en sus periodos de posparto:
+ Mantenerse hidratada, principalmente, por la lactancia.
+ No frustrarse ante el aumento de peso.
+ No caer en dietas insanas que puedan resultar contraproducentes.
+ Aprovechar esta etapa para hacer pequeños cambios hacia una alimentación saludable y que en un futuro sean replicables por los hijos.
+ Relajarse si es que hay antojos en este periodo, todo se trata de balance y no pasa nada si hay un gusto ocasional.
+ Informarse con especialistas y profesionales.
