Fue en León, España, donde nació María del Carmen Martínez-Gallo, un 15 de julio de 1938, como hija de José María Martínez-Gallo Arroyo y María Josefa Guerrero Herrero, y hermana de María Luisa, José María y Carlos.

Sus estudios los cursó en el Colegio La Asunción, en su ciudad natal, donde también conoció a quien, años más tarde, se convertiría en su esposo: José Fernández Cangas.

María del Carmen Martínez-Gallo siempre fue una adolescente muy alegre.
María del Carmen Martínez-Gallo Guerrero y su esposo, José Fernández

A lo largo de tres años de misivas, las últimas de éstas fueron para definir los detalles de su boda, misma que se realizó en el país europeo, previo a mudarse juntos a la Ciudad de México, donde se establecieron y formaron una familia junto a sus cinco hijos, José Ramón, Ricardo, María del Carmen, Angelita y Paola.

Con 52 años de casada, María del Carmen Martínez-Gallo tuvo la oportunidad de ver crecer no sólo a sus descendencia directa, sino también a las siguientes generaciones, pues actualmente dejó un legado conformado por 15 nietos, dos bisnietos y dos más que vienen en camino.

Ana Cilveti, María del Carmen Fernández, Ricardo Fernández, José Ramón Fernández, Bernardo Cilveti, María del Carmen Martínez-Gallo e Isabel Ruiloba

Tuvo una vida feliz, llena de retos que superó con éxito; su marido murió hace 11 años y ella decidió luchar para estar bien. Tenía un carácter fuerte, como buena leonesa, pero a la vez buscaba dar gusto a todos, acompañándonos y agasajándonos con lo que mejor sabía hacer: postres, botanas, regalos cobijas y más. La vamos a extrañar mucho, pero estamos agradecidos de haberla tenido; estamos en paz y con fe, pues tuvo una vida llena de amor”.

Junto a toda su familia, o mejor dicho, ‘su mejor tejido’, María del Carmen Martínez-Gallo celebró su cumpleaños 85, en Atlixco, Puebla.

Mamá, te fuiste de una manera sorpresiva, pero sabemos que Dios así lo decidió. El vacío es muy triste, pero todos los momentos que pasamos contigo siempre permanecerán en nosotros. Nunca te olvidaremos, descansa en paz”.

María del Carmen Martínez-Gallo se caracterizaba por ser una persona muy dicharachera y alegre, además de valiente y arriesgada, con un gran gusto por los viajes y comer rico; generosa, siempre al pendiente de los demás y con mucha fe, pues asistía diario a misa y rezaba el Rosario para estar siempre en contacto con Dios.

“Abu”, como le decían de cariño, amaba tejer, principalmente para sus seres queridos, quienes tuvieron la oportunidad de cobijarse, literalmente hablando, con las colchas y suéteres a gancho que ella les hacía; asimismo, solía reunirse con un grupo de amigas una vez a la semana para sacar su talento con las agujas y hacer ropita de bebé que obsequiaban a mamás de escasos recursos en el VIFAC, Instituto Nacional de Perinatología, Hospital de la Mujer y varios más.

Bernardo Cilveti, Fernando del Valle, Ana Oliveros, Paola del Valle, María del Valle, Fernando del Valle, María del Carmen Martínez-Gallo, Paola Fernández y Ricardo Fernández

Era muy consolador cuando decía: ‘no tengo miedo, me cuida mi ángel de la guarda, la Virgen de Guadalupe y la Virgen del Camino’. Gracias por tu ejemplo de fe”.

María del Carmen Martínez-Gallo junto a su nieto, Andrés Fernández, a quien le decía ‘policía’, porque siempre la cuidaba.

Otro de los pasatiempos de María del Carmen Martínez-Gallo era la cocina; las croquetas de jamón serrano, el pay de manzana o la tortilla de patatas eran su especialidad. Todos los domingos recibía a los 32 integrantes de la familia para saborear sus recetas.

Como aficionada a la jardinería, solía cuidar con mucho cariño sus plantas y flores; le encantaba tener pajaritos y colibríes de visita en su jardín, por lo que les colocaba bebederos y comederos en los alrededores para que llenaran de alegría el espacio.

Andrea Alverde y María del Carmen Martínez-Gallo, en Lerma, cosechando betabeles.
El padre César Hernández, L.C. y María del Carmen Martínez-Gallo

Tuvimos una bonita amistad que siempre buscó alimentar de detalles. Su entrega y generosidad fue tan abundante, que la llevó a adoptarme como nieto. Doy gracias a Dios por tantas muestras de cariño y los momentos alegres vividos con ella”.

Si bien, María del Carmen Martínez-Gallo gozaba de buena salud, el pasado lunes 14 de agosto se fue a la cama tras realizar sus oraciones y, el martes, no volvió a abrir los ojos; sus hijos dicen que despertó, pero en el cielo, justo para festejar ahí el Día de la Asunción de la Virgen. Descanse en paz.

María del Carmen Martínez-Gallo
Ricardo Fernández, Paty Fernández, María del Carmen Martínez-Gallo, José Ignacio Fernández y Álvaro Fernández