UNA CAÍDA ENTRE INCÓGNITAS
Escándalo y salida.
Una de las contribuciones más importantes de Uruchurtu. El Regente de Hierro es la presentación de una nueva hipótesis sobre el que quizá sea el más enigmático episodio de la vida del político sonorense: su renuncia a la Regencia del Distrito Federal en 1966, en el segundo año del Gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.
En el segundo tomo de su investigación, Manuel Perló expone los factores, sobre todo políticos, que llevaron a su caída.
“Mi interpretación es que Uruchurtu entró con calzador, entró forzado, y en contra de los deseos originales de Díaz Ordaz, que eran nombrar a alguien distinto para el Departamento del Distrito Federal”, expone.
De acuerdo con el investigador, el Presidente saliente, Adolfo López Mateos, echó mano de la regla no escrita de poder recomendar la permanencia de ciertos funcionarios en puestos clave y demandó que el Regente se quedara en el cargo.
Ese movimiento, explica Perló, tuvo que ver con la gran cantidad de obras que estaban realizándose en ese momento para los Juegos Olímpicos de 1968.
“El único en el que López Mateos confiaba para hacer esa labor era en Uruchurtu, porque sabía que era muy eficiente, que no se robaba el dinero, que tenía recursos y que no iba a endeudar a la Ciudad”, interpreta.
No obstante, como lo explica en el libro, la agenda política del Mandatario comenzó a tener contradicciones severas con las políticas urbanas de Uruchurtu.
“La hipótesis que propongo es que ésta (la salida) se originó por la necesidad que tuvo Gustavo Díaz Ordaz de recuperar la Ciudad de México como espacio político para el apuntalamiento de su estrategia de consolidación del poder presidencial”, escribió el académico.
“Finalmente el acto último de poder presidencial, el de Díaz Ordaz, un acto autoritario, fuerte, es el de construir toda una operación para sacar a Uruchurtu muy golpeado del Departamento del Distrito Federal”, ahonda en entrevista.
Esta operación consistió en que, en septiembre de 1966, la Policía de la Ciudad llevó a cabo un violento desalojo de 4 mil habitantes del Pedregal de Santa Úrsula, sin que Uruchurtu lo hubiera ordenado.
Lo anterior derivó en un escándalo público y en un colérico linchamiento en la Cámara de Diputados que, finalmente, llevó al Regente de Hierro a renunciar después de 14 años en el cargo.
Un final que, como también narra Perló, lo llevaría prácticamente al exilio, a un breve e infructuoso intento de regreso y, por último, a quemar todo su archivo hacia el final de su vida.
DERECHOS RESERVADOS 2023