LA HUELLA DE URUCHURTU
Claroscuros de su gestión.
El sociólogo y abogado Antonio Azuela, también investigador titular de tiempo completo en el IIS de la UNAM, estima que una de las grandes virtudes de la investigación de Manuel Perló sobre Uruchurtu, además de su amplitud, es que logra vincular dos mundos en el mismo espacio de análisis: el proceso de urbanización junto con el orden político.
“Por desgracia, los estudios urbanos hemos fracasado en el intento de poner a la urbanización en el centro del análisis de los grandes cambios sociales y, por lo tanto, del régimen político”, reconoció en la presentación de los tomos.
“Pero yo creo que este libro tiene los elementos para hacer ese ejercicio en contra de la fragmentación del conocimiento que marca la investigación social hoy en día”, apuntó.
De esta forma, las políticas urbanas, financieras y sociales de Uruchurtu se entienden no sólo como hechos aislados, sino como una forma de ejercer el poder en la Ciudad de México que, necesariamente, debe ser leída desde la política.
Como ejemplo, Azuela mencionó la polémica política de Uruchurtu para contener el crecimiento de la urbe, que lo llevó a enfrentarse, en lo político y económico, con sectores poderosos como el de los líderes sindicales, los fraccionadores y algunos empresarios de la construcción.
Una política que hoy, además, puede ser criticada por los especialistas en desarrollo urbano.
“Para el gremio de la planeación, (la contención del crecimiento) significa la negación del futuro”, opinó Azuela.
“En las sociedades modernas, la planeación es la figuración del futuro, es reconocer el futuro, y la negativa de Uruchurtu a hacer una planeación que reconociera que esta cosa iba a crecer supone esa negación”, rechazó.
Para los investigadores de distintas disciplinas, los dos tomos de Uruchurtu. El regente de Hierro contienen información altamente valiosa, como el listado de obras prioritarias durante los sexenios de Ruiz Cortines, López Mateos y Díaz Ordaz, con la descripción de los montos erogados y los contratistas que las llevaron a cabo.
También información estadística de vivienda, construcciones y demográfica que sirve para poder comprender la época en cuestión.
Para Manuel Perló, se trata de evaluar la urbanización emprendida por Uruchurtu con plena comprensión de todos los ámbitos involucrados en el ejercicio del poder en la Ciudad.
El autor tiene sus propias conclusiones al respecto.
“Hay una obra de infraestructura clarísima: sistema de abastecimiento de agua de Chiconautla, Viaducto, Periférico desde el Estado de México hasta lo que va a ser la Villa Olímpica, Río Churubusco (entubamiento y vialidad), el Palacio de Justicia en la Colonia Doctores, Ferrería, el Mercado de la Merced”, enlista.
“San Juan de Aragón, que se construye al mismo tiempo que Tlatelolco, con casi el mismo número de viviendas a la mitad del precio, el conjunto habitacional Santa Cruz Meyehualco, la plancha del Zócalo”, prosigue de memoria.
No obstante, entre las abundantes escuelas, mercados, clínicas de salud, hospitales, vialidades y obras de infraestructura, el especialista en urbanización reconoce errores y limitaciones.
“No quiso construir un sistema de transporte adecuado, eficiente, ya fuera en trenes o Metro, no lo quiso hacer; no construyó el drenaje profundo, a pesar de que ya se sabía que ya lo tenía que construir”, critica.
En la presentación de sus libros, surgió la pregunta de si es posible, o deseable, que la Ciudad de México pudiera tener al frente otra figura como la de Uruchurtu.
Aquí, Perló es tajante en que la Capital, con su forma actual de Gobierno, su Congreso local, sus consultas y mecanismos como el presupuesto participativo, son victorias que no deben echarse atrás.
“Yo creo que esa democracia y la posibilidad de elegir, bien o mal, al que queremos que esté en el cargo de Jefe de Gobierno, es una manera de participar de todos nosotros”, apunta.
No obstante, la capacidad de Uruchurtu de llevar a término obras de gran impacto es algo que habría que procurarse.
“Creo que el gran reto es cómo lograr una eficacia y una eficiencia en las políticas urbanas que no se ha recuperado desde aquel entonces, ahí sí la hemos perdido”, estima.
“Yo creo que tenemos que lograr eficiencia, eficacia y democracia, está difícil y creo que hasta ahora casi nadie lo ha logrado, pero debe de ser un objetivo de nuestros gobiernos”, concilia.
En la presentación, tanto Roger Bartra como Antonio Azuela recordaron que, en el año 2000, siendo ya Jefe de Gobierno electo, el hoy Presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que sería un “Uruchurtu democrático”.
“Una verdadera contradicción en los términos”, juzgó Bartra.
“A los dos días de eso, López Obrador emite el famoso Bando 2, que es una política de contención, y que no le preguntó a nadie, entonces eso del ‘Uruchurtu democrático’ quedó para otro día”, secundó Azuela.
Al respecto, Perló opina: “El estilo Uruchurtu está ahí acechando, está atisbando, está como una tentación”.
Con sus más de 800 páginas, Uruchurtu. El Regente de Hierro, pretende ser una mirada abarcadora de un Regente que, durante 14 años intensos, moldeó la Ciudad de México como la conocemos.
“Es una administración de claroscuros y que no podemos juzgar simplísticamente y de la cual, digo yo, tenemos que aprender muchísimas cosas, para hacerlas y para no hacerlas”, concluye Perló sobre su obra.
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