El proyecto de un viaducto elevado en Morones Prieto tiene un trazo lleno de obstáculos a lo largo de los 17 kilómetros previstos desde San Pedro hasta la Autopista al Aeropuerto.
Con el argumento de que aún no existen propuestas formales para la construcción de esta vía de cuota que estaría a cargo de inversionistas privados, el Gobierno estatal no ha explicado cómo se sortearían construcciones ya existentes como el Puente Atirantado, los pasos a desnivel de los carriles exprés o el viaducto elevado de la Línea 1 del Metro.
También el Puente San Luisito o del Papa está en el trazo del segundo piso, y luce modificado en una de las animaciones con las que el Estado promueve la obra.
En la ilustración digital, dos de los tres arcos del puente aparecen reducidos para que el viaducto elevado pase a un costado del Río Santa Catarina.
“Argumentan que es una franja residual, pero eso es parte del río”, dijo un especialista en vías terrestres consultado ayer, “es una zona que ya está llena de construcciones, es un salto de obstáculos que implica grados de dificultad en ingeniería”.
EL NORTE informó el jueves que la Administración del Gobernador Samuel García promueve la construcción de un viaducto elevado de cuota que sería construido por inversionistas privados a lo largo de 17 kilómetros, a manera de un segundo piso en Morones Prieto a un costado del río.
Como parte del proyecto se promete un parque arbolado y una ciclovía confinada por debajo de la estructura vial, que el Secretario de Movilidad, Hernán Villarreal, consideró factible durante una presentación realizada en la Facultad de Economía de la UANL.
Aunque el plan apenas empieza a conocerse a nivel público, organismos ciudadanos han expresado preocupación por las implicaciones urbanas y ambientales que tendría.
Otro de los especialistas consultados consideró que la promesa del parque es un “dulce”, con el que buscan que los ciudadanos acepten la obra que restringe los carriles de uso libre en una de las principales vías de la Ciudad.
El plan, promovido por el Gobierno como una “reconfiguración de Morones Prieto”, reduce de siete a cinco carriles la avenida, para ofrecer cinco en el viaducto elevado, pero con el cobro de una cuota aún no definida.
“Justifican que no usan fondos públicos, pero sí están usando espacio público que hoy es de libre tránsito”, comentó.
“En cierta forma buscan incrementar el congestionamiento en el área pública para que la gente tenga necesariamente que utilizar la vía privada y pagar por ello, parece un proyecto con intereses económicos, recaudatorios, más que con interés de disminuir los congestionamientos viales”.