¿Qué son?

Los bonos verdes son cualquier tipo de bono en el que los fondos, o un importe equivalente a los mismos, se aplicarán exclusivamente para financiar o refinanciar, en parte o en su totalidad, proyectos verdes elegibles, ya sean nuevos y/o existentes y que estén alineados con los cuatro componentes principales de los Green Bond Principles (GBP):

  1. Uso de fondos
  2. Proceso de evaluación y selección de proyectos
  3. Gestión de los fondos
  4. Informes

Pueden ser emitidos por organismos internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Banco Internacional de Pagos); entidades públicas (municipios o estados); y empresas privadas.


Los bonos verdes se diferencian de los bonos convencionales por el destino final de los fondos obtenidos. Mientras los bonos gubernamentales buscan financiar el déficit presupuestario, los bonos verdes financian proyectos sostenibles.

Sostenibilidad: se basa en el principio de asegurar las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras, siempre sin renunciar a la protección del medioambiente, el crecimiento económico y el desarrollo social.

El primer bono verde en el mundo fue emitido por la Tesorería del Banco Mundial en noviembre de 2008, luego de que un grupo de pensiones sueco quería invertir en proyectos sobre el clima.

Además del bono verde, también existe un instrumento más joven denominado bono azul (su primera emisión data de 2016), y está diseñado para financiar exclusivamente proyectos de preservación y protección de los ecosistemas marinos.

Destino de los fondos

Se busca que los recursos obtenidos se destinen a proyectos que cumplan con tres criterios:

  1. Prevención y control de la contaminación
  2. Conservación de la biodiversidad
  3. Adaptación al cambio climático

Las categorías de proyectos verdes elegibles incluyen:

• Energías renovables

• Eficiencia energética

• Prevención y control de la contaminación

• Gestión sostenible de los recursos naturales y el uso de la tierra

• Conservación de la biodiversidad terrestre y acuática

• Transporte limpio

• Gestión sostenible del agua y de las aguas residuales

• Adaptación al cambio climático

• Productos, tecnologías de producción y procesos adaptados a la Economía Circular y/o productos ecoeficientes certificados

• Edificios ecológicos

Tipos de bonos verdes

En la actualidad hay cuatro tipos de bonos:

Bono verde estándar de uso de los fondos: una obligación de deuda estándar con recurso al emisor alineada con los GBP.

Bono green revenue (Green Revenue Bond): una obligación de deuda sin recurso al emisor alineada con los GBP en la que la exposición crediticia en el bono es a flujos de efectivo comprometidos que pueden ser de ingresos, comisiones, impuestos, etc., y cuyo uso de los fondos se destina a proyectos verdes relacionados o no relacionados con esos flujos de efectivo.

Bono proyecto verde (Green Project Bond): un bono proyecto para uno o varios proyectos verdes para los que el inversor tiene una exposición directa al riesgo de los proyectos con o sin recurso potencial al emisor, y que está alineado con los GBP.

Bono de titulización verde: un bono colateralizado por uno o más proyectos verdes específicos, incluidos, entre otros, cédulas hipotecarias y otras estructuras; y alineado con los GBP. La primera fuente de reembolso son generalmente los flujos de efectivo de los activos.

Responsabilidades del emisor

El emisor de un bono verde debe comunicar claramente a los inversores los objetivos de sostenibilidad ambiental de forma transparente y permitir la evaluación y revisión externa.

Durante la vida útil del bono, el dinero asociado debe abonarse a una subcuenta y se exige un alto nivel de transparencia en la gestión de fondos, además de que se recomienda el uso de un auditor externo.

Se deben publicar informes con información actualizada fácilmente disponible sobre el uso de los fondos para realizar chequeos externos.

Además de cumplir con los principios GBP y permitir auditorías, las emisiones de bonos verdes deben alinearse al marco de referencia de cada país.

En el caso de México, la Secretaría de Hacienda (SHCP) elaboró durante 2019 y 2020 el Marco de Referencia de Bonos Soberanos congruente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

México y los bonos sostenibles

Desde la publicación de dicho marco, el Gobierno federal ha emitido nueve bonos soberanos sostenibles en el mercado internacional representando un total de 2 mil millones de euros, 75 mil 600 millones de yenes, 60 mil millones de pesos y 5 mil 140 millones de dólares.

Posteriormente, en mayo de 2022 la SHCP realizó la emisión de los BONDES G, el primer bono soberano sostenible en pesos en el mercado local.

La primera colocación de BONDES G se realizó a plazos de 2 años, por un monto de 14 mil 520 millones de pesos, y 6 años, por un monto de 5 mil 480 millones de pesos.

En julio de 2022 se realizó una segunda colocación de BONDES G a plazos de 3 años, por un monto de 10 mil 230 millones de pesos, y 6 años, por un monto de 4 mil 770 millones de pesos.

Una estimación de Moody’s contempla que la emisión de bonos sostenibles en 2023 a nivel mundial ascienda a 950 mil millones de dólares, con una participación mayoritaria de los bonos verdes.

Riesgos de greenwashing

Una creciente preocupación en el mercado de bonos verdes es que el emisor -público o privado- exagere en sus metas sostenibles o no cumpla con sus proyecciones en el medio ambiente.

A este tipo de evento se le conoce como greenwashing -lavado de imagen verde- o ecopostureo.

Un caso reciente de greenwashing ocurrió con la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), quien denunció a envasadores de botellas de agua (Coca-Cola, Nestlé y Danone) por incurrir en afirmaciones ecológicas engañosas en sus campañas de reciclado de botellas.

En el contexto de la emisión de bonos, la emisión de bonos verdes requiere que los emisores realicen una evaluación estandarizada de los proyectos verdes para verificar si el proyecto propuesto cae dentro del ámbito de un bono verde y satisface criterios de identificación específicos.

En otras palabras, las empresas pueden designar proyectos que no son verdaderamente “verdes” como que cumplen con los requisitos de los bonos verdes al proporcionar información engañosa durante la emisión de bonos, evaluando así el comportamiento ambiental general desde una perspectiva ex ante (antes del suceso).

Sin embargo, desde el punto de vista del proceso de emisión de bonos verdes, a diferencia de los bonos convencionales, los bonos verdes están obligados a revelar información sobre la utilización de los fondos y los beneficios ambientales generados por el proyecto después de la asignación de los fondos.

En esencia, las empresas están motivadas a reaccionar ante la atención del mercado y las presiones de seguimiento revelando las ventajas ambientales ex post (después del suceso) de sus inversiones en proyectos verdes.

Fuentes: Green Bond Principles of International Capital Market Association (ICMA); Taxonomía Sostenible, Secretaría de Hacienda (2023); Sostenibilidad en América Latina, BBVA; Datos fundamentales para el inversor, Morningstar; Green bonds: Green investments or greenwashing?, International Review of Financial Analysis.

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