Bernardo Arévalo prestó juramento como Presidente de Guatemala este lunes minutos después de la medianoche, a pesar de meses de esfuerzos para descarrilar su toma de posesión, incluyendo demoras y crecientes tensiones hasta la transferencia del poder.
Arévalo llega a la presidencia después de ganar las elecciones de agosto por un cómodo margen. Pero nada ha sido sencillo desde entonces, ya que la Fiscal General Consuelo Porras y los observadores de las fuerzas del establishment han representado un camino de desafíos para el nuevo Mandatario.
Arévalo, un académico progresista convertido en político e hijo de un ex Presidente guatemalteco al que se le atribuye la implementación de reformas sociales clave a mediados del siglo XX, asume el cargo con la expectativa de enfrentar la arraigada corrupción del país.
Te mostramos un resumen de los hechos que marcaron la toma de posesión de Bernardo Arévalo en Guatemala:
Un camino lleno de trabas
Tras la primera vuelta de las elecciones generales en Guatemala, en junio de 2023, y el balotaje, la Fiscalía inició acciones legales contra el proceso electoral, el Presidente electo, su Vicepresidenta, magistrados electorales, empleados y funcionarios del Tribunal Supremo Electoral y los ciudadanos guatemaltecos que recibieron, contaron y resguardaron los votos.
El hecho de que Arévalo llegara a menos de un día de su toma de posesión se debió en gran medida a miles de indígenas de Guatemala que salieron a las calles el año pasado para protestar y exigir que Porras y sus fiscales respetaran la votación del 20 de agosto. Muchos habían pedido la renuncia de la funcionaria, pero su mandato no termina hasta 2026 y no está claro si Arévalo podrá deshacerse de ella.
Los fiscales intentaron suspender el partido Movimiento Semilla de Arévalo –una medida que podría impedir que sus legisladores ocupen puestos de liderazgo en el Congreso– y despojar a Arévalo de su inmunidad tres veces.
La semana previa a la asunción, la Vicepresidenta electa, Karin Herrera, tuvo que solicitar un amparo de protección ante informes sobre una presunta orden de aprehensión solicitada por la dependencia, quien la señala de haber incitado a estudiantes a tomar la Universidad pública durante un año.
Retrasos y discusiones
Originalmente, la ceremonia de asunción estaba planeada para las 14:00 horas locales.
A pesar de que cientos de partidarios de Arévalo presionaron a los legisladores para que siguieran la constitución, incluso chocando con la policía antidisturbios afuera del edificio del congreso el domingo, el proceso de toma de posesión se prolongó durante horas antes de que él prestara juramento poco después de la medianoche.
Sus simpatizantes habían estado esperando horas para una celebración festiva de inauguración en la emblemática Plaza de la Constitución de la Ciudad de Guatemala y estaban hartos de otro retraso más, apartando a la policía bruscamente de su camino antes de reunirse afuera del congreso exigiendo a los legisladores que dejaran de demorar y nombraran a la delegación que debía asistir a la ceremonia.
El Congreso, que se suponía asistiría a la inauguración como una sesión especial de la legislatura, se involucró en amargas luchas internas sobre a quién reconocer como parte de la delegación de su delegación, mientras los miembros se gritaban entre sí.
La comisión de liderazgo estaba repleta de opositores de la vieja guardia de Arévalo y la demora fue vista como una táctica para alargar la toma de posesión y debilitar al presidente.
Arévalo acusó en sus cuentas de redes sociales: “están tratando de dañar la democracia con ilegalidades, detalles intrascendentes y abusos de poder”.
Representantes del gobierno de Estados Unidos y de la Organización de Estados Americanos pidieron al congreso respetar la constitución de Guatemala.
Minutos antes de la medianoche se convocó a la sesión extraordinaria del Congreso.
Diputados 'sin partido'
Antes de que el anterior congreso, de mayoría conservadora, cerrara sesión, dando inicio a la décima legislatura, declaró a los diputados de Bernardo Arévalo como independientes, sin partido político, restándoles poder de maniobra antes de que el socialdemócrata fuera investido presidente del país.
Con 83 votos a favor, 26 en contra y 51 ausencias, el parlamento saliente decidió desconocer como bancada a los 23 diputados del Movimiento Semilla, de Arévalo, para la nueva legislatura, en virtud de una suspensión judicial de ese partido por supuestas irregularidades en su creación.
El nuevo congreso restituyó la bancada parlamentaria tras derogar la decisión tomada horas antes por la anterior legislatura que los había declarado independientes.
Pese a ser minoría parlamentaria, los diputados del partido Semilla lograron, por acuerdos con otros grupos políticos, “derogar” la resolución emitida en su contra, y que uno de ellos ganara la presidencia del nuevo congreso, según la votación en el pleno.
Ceremonia de madrugada
Finalmente, después de una demora de casi nueve horas, Arévalo tomó protesta como Mandatario para el periodo de 2024-2028, a primera hora del lunes.
“Me llena de profundo honor asumir esta elevada responsabilidad, demostrando que nuestra democracia tiene la fuerza necesaria para resistir y que a través de la unidad y la confianza podemos cambiar el panorama político en Guatemala”.
“Durante estos últimos meses nos hemos enfrentado a complejas tensiones y desafíos que llevaron a muchos a creer que estábamos destinados a un retroceso autoritario”.
En su discurso inmediatamente después de su juramentación, Arévalo dijo “no permitiremos que nuestras instituciones vuelvan a someterse a la corrupción y la impunidad”. El presidente saliente, Alejandro Giammattei, ampliamente criticado por erosionar las instituciones democráticas del país, no asistió a la inauguración.
Para muchos guatemaltecos, la toma de posesión representó no sólo la culminación de la victoria de Arévalo en las urnas, sino también su exitosa defensa de la democracia del país.
En su primer acto como Presidente, Arévalo visitó el sitio afuera de la Fiscalía General, donde manifestantes indígenas han mantenido vigilia durante más de tres meses, exigiendo a las autoridades que respeten la votación y que Porras renuncie. Los aplaudió por defender la democracia del país.