Aunque es un periodo muy esperado y crucial en la vida de un niño o una niña, pasar del preescolar o el kinder a la primaria puede ser mucho más difícil de lo que parece.

Tanto los pequeños como los padres deben prepararse para esta etapa.

Cindy Wuotto, psicóloga en el Colegio Guadalajara, señala que este proceso de transición, que pasa de una etapa de juego a una de un aprendizaje más acelerado, puede ser como un duelo para los niños.

Tienen que atravesar varios procesos de desapego de sus compañeros y de sus maestras, con las que generalmente hay lazos emocionales importantes.

“Conlleva procesos de madurez, de autonomía, de independencia, que les exige a los pequeñitos mucho de su parte, hay también muchas expectativas tanto de los padres como de los maestros que los reciben en la primaria”.

Según la especialista, la parte del duelo más fuerte para los niños es enterarse de que el aprendizaje ahora será un poco más formal así como las nuevas exigencias que irán teniendo y que el juego se va dejando poco a poco de lado.

“Lo más importante y lo que ayudaría muchísimo por parte de las familias es enfocarse en el proceso de autonomía de los niños, es de lo más importante que sea de forma muy natural, pedirle que se haga responsable de algunas tareas como guardar sus juguetes y acomodar sus zapatos, sus hábitos de higiene, limpiarse sus manos, darle esas pequeñas responsabilidades ayuda mucho en la autonomía de los mismos”.

En el proceso de adaptación y el proceso de transición del preescolar a la primaria ayuda que los padres lleven también un proceso natural hacia la autonomía del niño.

“Hay un un proceso de adaptación y hay que intentar transmitirle al niño que todo estará bien, muchas veces son los propios padres que le pasan las angustias a los niños, es importante que todos sepan que va a haber un cambio, que les espera una nueva etapa donde va a haber más compañeritos y muchos más conocimientos, recordarles un poco sobre las estructuras nuevas, que va a tener su nuevo lugar, nuevos libros, que a veces le tocará escribir, leer y a veces jugar”, dice Wuotto.

“El entendimiento de este cambio y del desapego depende mucho de cómo lo tomen los padres también. Definitivamente son duelos y ellos tienen que entender que se va a venir otra cosa”.

No dudes en pedir ayuda

En este proceso es normal que haya dificultades. La psicóloga Cindy Wuotto, dice que también es importante ser observadores y notar si hay una angustia intensa y, sobre todo, si esta angustia permanece después de los primeros días de clases.

Si existiera un comportamiento anormal, como cambio en el apetito, en el entusiasmo en sus actividades fuera de la escuela o si el niño o la niña pide no ir a la instituto de forma constante es recomendable buscar la ayuda de un especialista de la salud mental para descubrir qué hay detrás de la angustia.

“Tenemos que ser muy conscientes y muy tolerantes ante el proceso de cada niño, porque no todos los procesos son iguales, depende de muchísimas cosas, entonces hay que ser muy tolerantes observar los mensajes que nos van dando y actuar de acuerdo a ellos”, explica la especialista.

CÓMO AYUDARLOS

  • Hablar con ellos sobre los posibles cambios que habrá, que la charla sea con cariño y enfocándose en lo emocionante de las nuevas experiencias.
  • Considerar sus preocupaciones y escuchar las razones por las que se sienten tristes de manera respetuosa.
  • Ayudar a los niños a desarrollar autonomía desde temprano es esencial, así que podría ayudar asignarles pequeñas responsabilidades cotidianas, eso fomenta la independencia.
  • Promover más tareas relacionadas con su preparación para la escuela, como ordenar su ropa y su mochila, asearse y peinarse sin ayuda. Elegir sus cuadernos cuando sea posible, etc.
  •  Intentar comenzar las nuevas rutinas antes de que comience el siguiente ciclo escolar.

Información: Alejandra Carrillo 
Fotos: Ismael de la Cruz González

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