LA FRASE

“La gente piensa que al llegar a los 65 años ya se puede retirar, irse a su casa, tomar café, estar en la hamaca. Pero el día de hoy, con la esperanza de vida que hay, tenemos que planear qué vamos a hacer en esta etapa de nuestra vida”.

Rafael Rangel Sostmann, líder y promotor de la educación.

1. SIN MIEDO AL 'ROBOT'

Con apoyo de unos 70 profesionistas voluntarios en diferentes ciudades, muchos de ellos ex alumnos o amigos, el proyecto de Rangel Sostmann ha llegado en línea a unos 16 mil maestros de escuelas públicas.

Estos docentes se han certificado en cursos que los orientan en temas como el aprendizaje activo del estudiante en el aula o el aprovechamiento de la tecnología.

El más reciente tiene que ver con la inteligencia artificial (IA), o “el robot”, como lo llama el promotor educativo, un curso que él mismo diseñó y un tema al que, reconoce, le llegó a tener miedo.

“Este curso de inteligencia artificial es muy útil a los maestros, sobre todo del sector público, que están a veces atiborrados de trabajo”, dijo Rangel Sostmann en entrevista vía Zoom desde su casa en Texas.

“Lo que queremos es quitarles muchas de sus tareas repetitivas y que les ayude ‘el robot’. Yo les digo: ‘Tienes a un robot a lado, y él está aquí para ayudarte. Le tienes que pedir cosas para que él te las haga y, si no las hace bien, lo corriges’”, cuenta en su característico tono ameno y coloquial.

La inteligencia artificial y el ChatGPT, explica, pueden ayudar a los maestros en actividades como corregir exámenes, desarrollar materiales, hacer presentaciones, escribir ensayos para compartirlos con los estudiantes, así aumenta el tiempo para enseñar y orientar a los estudiantes.

“¿Sabes cuál es el mayor problema? Que los maestros le tienen miedo al robot, le tienen miedo a pedirle cosas. Para mí el mayor reto en este curso es que le pierdan miedo a la inteligencia artificial”, advierte.

“También tuve que quitarme el miedo. En este curso estoy corrigiendo la conversación entre el docente y el robot. No evalúo las respuestas del robot, yo evalúo cómo interactuaron con el robot, cómo le sacaron lo que tenían que sacarle”.

Los miles de profesores que han tomado los cursos diseñados por Rangel Sostmann en este “Voluntariado por la Educación” lo han hecho sin costo. Pero el de inteligencia artificial, en especial, sí lo tendrá.

La razón es que hay que reunir recursos para contratar a quien apoye en administración, tutoría y seguimiento a quienes se inscriben.

Y es que, ha sido tal la respuesta, que al aumentar la cantidad de maestros y de cursos, las manos que ya existen resultan insuficientes.

2. DE NORTE A SUR

Los voluntarios son profesionistas de diferentes estados, ex alumnos de diversos campus del Tec, maestros de preparatorias y de universidades, todos dedicados a la educación.

“Es simplemente compartir lo que sabes”, señala Rangel Sostmann. “Yo soy un voluntario más”.

El Tec de Monterrey lo apoya con la infraestructura tecnológica para las sesiones en línea. También con dos personas de tiempo completo que trabajan en la administración de los cursos.

El primer curso fue diseñado para orientar a los profesores en cómo fomentar la participación del alumno en el aula, recuerda Rangel Sostmann, un reto tanto en clases presenciales como en línea.

“Luego nos dimos cuenta que los maestros, aunque decían que sabían cómo usar las tecnologías , no era cierto. Sí sabían algo, pero les faltaba”.

Así que también diseñó un curso para enseñarles cómo guardar los materiales en la nube, cómo distribuirlos a los alumnos, cómo crear materiales didácticos, cómo hacer videos e implementar el aula invertida, ésa en la que el alumno comienza a aprender desde antes de llegar al salón de clases.

Los maestros capacitados por los voluntarios están en diferentes niveles educativos, desde secundaria hasta universidad, y residen en distintos estados, de norte a sur, desde el Valle del Yaqui, en Sonora, hasta la sierra que cruza Veracruz e Hidalgo.

De Nuevo León, los docentes de Conaleps tienen una alta participación.

3. BIEN MOTIVADOS

“La gente piensa que al llegar a los 65 años ya se puede retirar, irse a su casa, tomar café, estar en la hamaca” ,responde Rangel Sostmann sobre lo que lo mantiene activo en la educación.

“Pero el día de hoy, con la esperanza de vida que hay, tenemos que planear qué vamos a hacer en esta etapa de nuestra vida”.

Al encabezar un nuevo proyecto, sigue su propio consejo.

“Esto mantiene alerta mi mente, me mantiene motivado, me mantiene con sentido de propósito de que estoy ayudando a alguien”, expresa. “Esto es un granito de arena, pero sería ideal que esto se extendiera y que hubiera más gente, sobre todo en nuestra época.

“Pensar a que las cosas están muy mal, que si el nuevo candidato, que si el viejo, que si el otro, está bien, pero al final de cuentas, tienes que contribuir en algo con la sociedad”.

Así es como Rangel Sostmann disfruta este momento.

“No es nada más entretenerte en algo, es: ‘voy a hacer algo que realmente me apasione y que realmente tenga trascendencia’.

“He descubierto que para mí esto tiene un gran sentido. Me cuesta trabajo a veces, porque todo te duele, las dolencias aquí y acá, pero cuando lo haces, sientes que se te quitan los dolores”.

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