Cada 8 de marzo se conmemora en el mundo la lucha de las mujeres por la igualdad.

Esta fecha encuentra sus orígenes en las manifestaciones históricas por mejoras en las condiciones sociales, políticas y económicas.

Conoce algunos de los rezagos que tienen las mujeres en México.

Repercusiones monetarias

El Banco Mundial (BM) estima que, a nivel global, las diferencias entre los ingresos totales previstos a lo largo de la vida de hombres y mujeres es de 172.3 billones de dólares, lo que equivale al dos veces el Producto Interno Bruto (PIB) global.

La adopción de leyes y prácticas que refuercen las oportunidades para las mujeres es primordial para un escenario económico más justo.

México en el mundo

Entre 190 economías, México se encuentra en los últimos lugares en cuanto a que las mujeres tienen los mismos derechos y oportunidades en la práctica que los hombres. Las mujeres sólo gozan de alrededor de 40 por ciento de las condiciones que tienen los hombres, escenario alejado del país más igualitario, que es Noruega con 97.5 por ciento de igualdad.

En dicho índice, 100 significa que, en la práctica, hombres y mujeres tienen los mismos derechos y mismas oportunidades, y 20, que es la puntuación más baja, indica que las mujeres sólo cuentan con un 20 por ciento de los derechos que tienen los hombres.

Violencia de género

En México, 7 de cada 10 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia en su vida.

Los tipos considerados de violencia son psicológica, física, sexual y económica, siendo la primera y la tercera las de mayor prevalencia.

Trabajo no remunerado

Las mujeres realizan la mayor parte de las labores del hogar y de cuidados, actos indispensables para el cuidado de la familia y el funcionamiento de la sociedad, como preparación de alimentos, compras, limpieza, entre otras actividades, a las cuales destinan 40 horas en promedio a la semana, mientras que los hombres sólo emplean 16 horas.

Además, 17.2 millones de mujeres se dedican exclusivamente a las tareas del hogar, frente a 992 mil hombres que sirven únicamente a estas labores.

Es decir, hay 17 veces más mujeres que hombres en esta situación.

El valor monetario del trabajo no remunerado supera a actividades importantes en la economía como lo generado por la industria manufacturera o el sector comercio.

Brecha laboral

La participación de las mujeres en los trabajos remunerados es apenas de 46 por ciento del total de la población femenina, mientras que la de los hombres es de 77 por ciento.

Además, 55 por ciento de las participantes trabaja en la informalidad y ganan 35 por ciento menos que los hombres; esto complica la seguridad social, el acceso a una pensión, a financiamiento y vivienda.

Rezagadas en el liderazgo

Las prácticas culturales, los estereotipos de género y factores estructurales se traducen en una presencia mínima de las mujeres en puestos directivos.

Pese a que las mujeres representan en promedio 43 por ciento de la plantilla laboral, la presencia femenina en consejos de administración es de 13 por ciento y en puestos directivos sólo de 4 por ciento.

Algunos avances

La lucha de las mujeres es lenta, pero avanza de alguna forma.

Alrededor del mundo se han adoptado reformas que incrementan la igualdad de género.

  • En Chipre y Omán, los procedimientos de solicitud de pasaporte son ahora iguales para hombres y mujeres. Gabón concedió a las mujeres los mismos derechos que a los hombres para elegir dónde vivir.
  • Angola y Líbano promulgaron leyes que protegen a las mujeres del acoso sexual en el trabajo, las cuales abarcan sanciones penales por este tipo de conductas.
  • Gabón promulgó una ley que permite a las mujeres conseguir un empleo sin necesidad de un permiso por parte de sus maridos.
  • Bahréin y Burundi establecieron la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor.
  • Hong Kong incrementó la duración de la licencia de maternidad remunerada a un mínimo de 14 semanas.
  • Armenia, Suiza, Ucrania, Colombia, Georgia, Grecia y España introdujeron la licencia parental remunerada.
  • Algunas empresas en Estados Unidos tienen programas de retorno laboral después de la maternidad que incluyen flexibilidad de horario o trabajo remoto.

Fuentes: Banco Mundial, Inmujeres, Inegi e Imco


Realización: Departamento de Análisis de REFORMA