El nombre de Slipknot, banda de metal alternativo fundada en 1995 en Iowa, Estados Unidos, se ha colado en casos de asesinatos cometidos por jóvenes que indicaron haber escuchado su música o que adoptaron referencias a la banda en su vestimenta antes o durante la ejecución de sus crímenes.
Un ejemplo se presentó el 6 de marzo, cuando Gabriel Alejandro “N”, de 20 años, se convirtió en el feminicida de tres mujeres en Guadalajara. Antes y durante los feminicidios, llevaba puesta una playera de Slipknot, la cual incluso lució en una fotografía que publicó en Facebook para anunciar lo que más tarde iba a cometer.
Este artículo no atribuye responsabilidad a la banda, que cuenta con casi 30 años de carrera y siete álbumes de estudio, además de discos en vivo y recopilatorios.
Pareja escuchó una canción de Slipknot antes de matar a su amigo
En el 2003, en San Bernardino, California, un crimen tuvo lugar protagonizado por una pareja de novios, Jason Lamar Harris, de 20 años, y Amber Rose Riley, de 16, quienes asesinaron a su amigo Terry Ray Taylor, de 22 años. De acuerdo con los testimonios de los acusados, antes de cometer el crimen, estuvieron escuchando música de Slipknot, específicamente la canción “Disasterpiece”.
Según los fiscales de San Bernardino, Riley y Harris, junto con la víctima, paseaban por una colina. Mientras se encontraban cerca de un gran árbol, Riley hizo señales a su novio para que atacara a Taylor, quien fue perseguido, tropezó y sufrió más de 20 puñaladas.
Jason Lamar Harris fue condenado en 2004 a 50 años de prisión por su participación en el asesinato, mientras que Amber Rose Riley recibió una condena de 26 años tras las rejas en 2010.
Se reveló además que la pareja también había visto una película de terror titulada Escuela Satánica Para Señoritas
Joven asesina en escuela de Sudáfrica con máscara alusiva a Slipknot
En el 2008, Slipknot se vio involucrada en titulares inesperados, esta vez en Sudáfrica.
Morne Harmse, un joven de 18 años y estudiante de la Escuela Técnica Nic Diederichs en Krugersdorp, ubicada a unos 20 kilómetros al oeste de Johannesburgo, perpetró un ataque en las instalaciones escolares, utilizando una katana para quitarle la vida a Jacques Pretorius, de 16 años, e hiriendo a otras tres personas (un estudiante y dos jardineros).
De acuerdo con The Guardian, Harmse llevaba una máscara que era una imitación de las que usa Corey Taylor, el vocalista de Slipknot, a la que Harmse se refería como la “máscara maggot”. Las autoridades encontraron tres espadas adicionales y dos máscaras más en la mochila del perpetrador.
Este incidente colocó a la banda en medio de la controversia, dando lugar a debates sobre la posible responsabilidad de Slipknot en la tragedia.
Pierre Eksteen, quien en ese momento dirigía una red de apoyo estudiantil sudafricana, fue uno de quienes responsabilizaron parcialmente a la “música satánica” por el ataque.
“Vino aquí camuflado como el chico de Slipknot. Sabemos que el tipo equivocado de música y drogas tiene efectos negativos. Los jóvenes necesitan estar informados sobre los efectos de la mala música satánica”, dijo Eksteen al Times (en Sudáfrica).
A pesar de que amigos de Harmse confirmaron su devoción por Slipknot y su música, Corey Taylor expresó su consternación por los hechos, enfatizando que el mensaje de la banda siempre ha sido positivo y no orientado hacia la violencia.
"Obviamente, me perturba el hecho de que haya personas heridas y que alguien haya muerto. En cuanto a mi responsabilidad en eso, se detiene ahí, porque sé que nuestro mensaje es realmente muy positivo". “Cuando sucede algo así, podría haber sido Marilyn Manson, podría haber sido cualquier número de personas que crean arte que es sorprendente visualmente, en el lado más oscuro. Podría haber sido Pat Boone, por amor de Dios. Al final del día, siempre habrá trastornos mentales y personas que causan violencia sin otra razón que el hecho de que están trastornadas y perdidas. Y todo lo que podemos hacer es tratar de aprender de ello".
Corey Taylor, vocalista de Slipknot, en entrevista con Blender
¿Es Slipknot una banda satánica?
El estigma de ser considerados satanistas ha perseguido a Slipknot a lo largo de su carrera, alimentado por letras provocativas como “If you’re 555, then I’m 666” (Si tú eres 555, entonces yo soy 666) de la canción “The Heretic Anthem” del álbum Iowa (2001).
Incluso en 2005, la Iglesia Ortodoxa Griega trató de impedir que la banda actuara en Atenas, Grecia, argumentando la necesidad de proteger a los ciudadanos de supuestos artistas que promovían el satanismo.
A pesar de las acusaciones, Corey Taylor habló sobre la percepción errónea sobre la banda en una entrevista con Fox News en 2022.
"La gente todavía piensa en estos días que somos una banda satánica y demoniaca y toda esta basura rara. Es tan fácil para la gente pensar eso y luego tratar de desestimarla. Mucha gente todavía piensa que todo esto es un truco. No entienden que esto es arte y la música, para nosotros, siempre ha sido lo principal".
Corey Taylor, vocalista de Slipknot, en entrevista con Fox News.
Taylor agregó que la banda no se basa en el valor del shock y que si lo que hace no fuera puramente arte y música, la gente les habría dejado de seguir hace mucho tiempo atrás.
¿Qué dicen los expertos?
Aunque el feminicida Gabriel Alejandro “N” portaba la playera de una agrupación al momento de cometer sus crímenes, investigadores en psicología y sociología afirman que ligar sus feminicidios con el nombre de una banda restaría relevancia a los hechos y le quitaría peso a la responsabilidad del sistema social.
“Hay evidencias suficientes en este tipo de actos en términos de que son multifactoriales y la dimensión simbólica de los objetos y de las prendas que utilizamos es muy amplia. En general, la cultura es compleja y variada. Creo que reducir la influencia de lo que representa una banda musical en este tipo de actos, que son individuales, resta mucha relevancia a los hechos. Si el feminicida hubiera traído una playera de Adidas, tal vez no estaríamos hablando de este tema”, dice el Dr. Christian O. Grimaldo, académico del Doctorado en Investigación Psicológica del ITESO y experto en psicología social.
“Es incómodo para muchos de nosotros decir que la música o los videojuegos son los culpables de la violencia, o señalar que, como alguien escucha cierta música o ve ciertos programas de televisión o películas, entonces eso les lleva a cometer violencia. Si bien es cierto que los contenidos puede normalizar algo, hay que tomar en cuenta que cada persona decide si hace violencia o no”, comparte el Dr. David Coronado Arias, jefe del Laboratorio de Violencia del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la UdeG.
Los investigadores reconocen que bandas o figuras del metal como Slipknot, Marilyn Manson o Korn, e incluso del regional mexicano, como Peso Pluma o Natanael Cano, rescatan algunos símbolos que representan violencia. Sin embargo, no necesariamente implican esa violencia.
“Los símbolos se van apropiando por algunos grupos, muchas veces sin que estos intencionen este uso. Por ejemplo, el Teletubbie Morado fue apropiado como un símbolo del movimiento LGBT o Pepe La Rana se convirtió en un símbolo de radicalismos blancos o racismo, pero originalmente no buscaban representar eso. A estas alturas de la historia, quienes hemos estudiado lo social podemos decir que no hay una relación causal entre asociarse con un símbolo y encarnar acciones violentas. Algunos teóricos incluso dicen que lo que hace la apropiación de algunos símbolos es sublimar deseos negativos”, señala Grimaldo.
“Lo que hace Peso Pluma es difundir una violencia que está socialmente expandida; es una violencia que el cantante nunca ha vivido por su clase social, pero él agarra tendencias que están a nivel social, las organiza y las expresa. Por ejemplo, un joven que se dedica al narcotráfico, su proyecto de vida está enmarcado en esas tendencias: pistola, coche, drogas, mujeres, fiestas, pero esas están dadas por el sistema social”, agrega Coronado.