Tras la llegada de su primogénita, Nina Cantú Herrera, en octubre pasado, Linda Herrera y Alejandro Cantú viajaron a la Ciudad de México para celebrar el primer sacramento de la pequeña y presentarla a sus seres queridos, pues la gran mayoría aún no la conocía, ya que radican en San Francisco, California.
Queríamos compartir este momento tan importante con todos; deseamos que sea una niña muy feliz, protegida, guiada y amada”.
Este momento me encanta y lo aprecio mucho, porque mi abuela también se llamaba Nina; Linda y yo teníamos una relación cercana con ella y que le hiciera homenajea través de su nombre, es algo significativo”.
Los padrinos de Nina Cantú Herrera fueron José Luis Hernaiz y María Luisa Cantú, tía de la bebé, a quienes los anfitriones Linda Herrera y Alejandro Cantú consideran como personas excepcionales y un ejemplo a seguir.
Queremos que siempre busque su plenitud y que esté contenta; estaremos con ella para que siga así de risueña, hermosa, bailadora, inteligente y platicadora”.
Ésta es la primera vez que vemos a Nina y estar con ella es espectacular; espero que todos disfruten este momento, porque realmente los instantes pasan muy rápido”.
Tras la ceremonia religiosa, que se llevó a cabo en la Parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús, los invitados de Linda Herrera y Alejandro Cantú disfrutaron de un brunch, en el que aprovecharon para interactuar con la festejada, Nina Cantú Herrera, y tener un recuerdo junto a ella, previo a su regreso al país vecino.
Es un paso muy emotivo que se comparte con los más allegados; espero que nunca pierda la fe, pues es la que nos sostiene en las adversidades”.